Un ciudadano residente de Tulsa, Oklahoma, Estados Unidos, de nombre Jesse O’Dell se llevó tremendo susto cuando se dio cuenta que en su tarjeta de crédito le habían cobrado más de 4 mil dólares en propina por dos cafés en un auto servicio Starbucks.
O’Dell aseguró que pagó con una tarjeta de crédito, pero que seleccionó la opción «sin propina» en el sistema computarizado de la cadena de café y desembolsó $11.83 el 7 de enero por un venti Iced Americano y un venti Caramel Frappuccino con un solo trago espresso para su esposa.
Según ABC News, la cadena descontó a O’Dell una gran propina de $4444,44, lo que el dueño de la tarjeta se percato cuando su plástico fue rechazado a la hora que su esposa, Deedee O’Dell, intentaba realizar unas compras.
“No ingresé propina”. “Pero de alguna manera hay una gran pista al respecto”, declaró el sorprendido hombre, citado por el medio estadounidense.
Cheques sin fondo
La información indica que la víctima en ese momento comenzó una lucha de casi un mes para recuperar su dinero en medio de una terrible experiencia que lo obligó hasta cancelar un viaje familiar a Tailandia.
La empresa informó al matrimonio que era un «cargo legítimo», pero después de que la pareja habló con varios gerentes les dijeron que les enviarían cheques por correo para cubrir la propina. .
La cadena depositó dos cheques a O’Dell, pero fueron rebotados por falta de fondos, lo que obligó al afectado a recurrir a la policía de Tulsa.
“Los detectives de nuestra Unidad de Delitos Financieros investigaron el caso y descubrieron que la propina se agregó por accidente o por un error de máquina. Los detectives no encontraron ninguna intención de fraude por parte de los empleados que trabajaban en ese momento”, dijo la policía en un comunicado después de haber emprendido una investigación al respecto.
Feliz termino
La policía confirmó el viernes pasado que el asunto de Starbucks había sido «resuelto» luego que la cadena comenzó a emitir cheque a favor del afectado.
O’Dell efectivamente confirmó que cobró los cheques y aseguró a modo de broma que el hábito de él y su esposa «de pasar por Starbucks unas cuantas veces a la semana se acabó».
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