Laureano Ortega Murillo, hijo de la pareja dictatorial y a quienes los medios oficialistas presentan como Asesor del Presidente para los temas de Cooperación, Inversiones y de Cooperación Internacional y Representante del Presidente para los Asuntos con la Federación de Rusia, viajará a un foro económico en San Petersburgo el próximo 6 y 7 de junio.
El evento tiene como objetivo la búsqueda de la «conformación de un nuevo orden mundial», según dijo el posible sucesor de Ortega a su conglomerado mediático.
«Estaremos ahí para dar seguimiento a las tendencias de la economía, del comercio, en el marco de la conformación del nuevo orden mundial que se viene trabajando con la Federación de Rusia, con China, con los países hermanos, los países amigos, con los países BRICS, con Irán, con todos los que creemos en un mundo mejor, en un mundo multipolar, en un mundo más justo, y que estamos promoviendo de esta forma la unión de los pueblos, a través del intercambio económico y comercial», afirmó.
Según él, estarán participando en paneles y exposiciones, así como en reuniones que buscan ampliar y fortalecer los supuestos proyectos de cooperación e intercambio que Nicaragua tiene con Rusia.
Dijo que una de las reuniones más importantes que sostendrá será con Verónica Skvortsovay, Presidenta de la Comisión Mixta Nicaragua-Rusia, Rusia-Nicaragua y Directora de la Agencia Federal Médico Biológica de la Federación de Rusia.
La delegación también la conforman Wendy Morales, Procuradora General de la República, Wálmaro Gutiérrez, diputado y presidente de la Comisión Económica y Financiera en la Asamblea Nacional, y el inspector general del Ejército de Nicaragua, mayor general Marvin Corrales., este último sin que se describa qué funciones tiene que realizar en una actividad meramente económica.
Los BRICS y el sueño de Ortega de soltar el dólar
Los BRICS son un grupo de países que tratan de emerger económicamente y en el comercio global, en contraposición a los que históricamente ocupan esos puestos, principalmente representados en el G7.
Su nombre reúne las primeras letras de los países que lo fundaron: Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, aunque más tarde se les sumó Irán, Egipto, Etiopía, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos.
Buscan crear un nuevo orden mundial, ya que consideran que el actual está controlado por las siete economías más avanzadas del mundo: Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Francia, Alemania, Italia y Japón.
Según proyecciones del Fondo Monetario Internacional los países del BRICS representarán el 33,6% de la producción mundial en 2028, en comparación con el 27% del G7. El grupo ampliado tiene una población combinada de alrededor de 3.500 millones de personas, el 45% de la población mundial. Es ahí donde el régimen de Ortega dice ver prematuramente oportunidades de crecimiento económic0.
«Lo primero que necesitamos son mayores mercados que jalen nuestra producción e impulsen el comercio, por lo tanto, es una visión estratégica; el conjunto de los BRICS producen en estos momentos casi el 50% de toda la actividad global, son líderes en energía; los países BRICS ya superan el 60-70% de la producción energética, estamos hablando del gas y el petróleo, y además están incorporados los países con más fuerza a la producción de alimentos», manifestó el ministro de Hacienda Iván Acosta en una entrevista anterior a la cadena Sputnik.
Para Acosta el Tratado de Libre Comercio firmado entre Nicaragua y China es «la gran oportunidad», pero el año pasado, nuestro país apenas exportó 42 millones de dólares al gigante asiático, mientras que según los datos del gobierno estadounidense, en 2022 Nicaragua vendió a Estados Unidos 5.728 millones de dólares, lo que representa un 60,82 % del total de sus exportaciones, por lo que dejar de depender de este principal socio comercial va a tomar mucho tiempo y va a ser muy complicado para el régimen.
Más complicado será el proceso de «desdolarizar» la economía nicaragüense a como lo ha prometido el hijo del dictador.