La ola de deportaciones impulsada por la administración Trump en Estados Unidos tiene sumamente preocupados a miles de nicaragüenses que por su posición contraria al régimen de Daniel Ortega temen ser encarcelados al llegar a Nicaragua.
Recientemente el medio estadounidense CBS News filtró que Trump planea revocar el parole humanitario, con lo cual más de 90 mil nicaragüenses se verían afectados.
Para esos casos el gobierno norteamericano ha gestionado algunas opciones. El es mismo Secretario de Estado Marco Rubio quien durante su gira por Centroamérica ha negociado con los presidentes de esos países. Hasta ahora El Salvador y Guatemala han aceptado recibir deportados de otras nacionalidades.
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El presidente salvadoreño Nayib Bukele informó que a ellos no solo estarían dispuestos a recibir deportados extranjeros y facilitarles un status migratorio legal para que puedan rehacer su vida en ese país. También ofreció alojar en sus cárceles a presos estadounidenses de alta peligrosidad.
Y es que desde 2019, como parte del Acuerdo de Cooperación de Asilo (ACA), El Salvador accedió a convertirse en lo que llamaron el «tercer país seguro» para recibir deportados que tuvieran pendientes procesos de asilo, y esperaran la resolución en territorio salvadoreño, pero las políticas migratorias de los últimos dos años de la administración Biden redujeron significativamente ese flujo.
Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala también informó que cerró un acuerdo con Estados Unidos para recibir deportados de otras nacionalidades. Ellos también formaban ya parte del llamado ACA.
Para ambos países este acuerdo supondrá la ampliación de capacidades en trámites y procesos migratorios, así como el establecimiento de un mecanismo de acogida temporal. Aun se desconoce qué beneficios de asistencia podrían recibir los deportados extranjeros ahí.
México es la otra opción
La otra opción para los deportados nicas sería México. Las autoridades estadounidenses informaron que en los primeros días de la administración Trump 6,244 fueron deportados a ese país, de los cuáles 1,321 pertenecen a otras nacionalidades.
Sin embargo, aunque la presidenta de ese país Claudia Sheinbaum diseñó el programa «México te abraza» para recibir a sus connacionales, y les ofrece asistencia médica, alojamiento y bonos económicos, esto no cubre a los extranjeros que no recibirán más que atención en salud solo en casos de emergencia.
La situación deja a los nicaragüenses deportados en ese país en una situación de alta vulnerabilidad. Ariel Ruiz, analista político del Migration Policy Institute (MPI), dijo al medio DW que los nicaragüenses «no pueden ser deportados a su país y se quedan en estados fronterizos con Guatemala, junto con cubanos, haitianos y hondureños, que tampoco pueden ser deportados”, por lo que pasan muchas necesidades y riesgos.
Nicaragua Investiga
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