La petrolera estatal venezolana PDVSA asignó un tercer cargamento de crudo a Chevron bajo una autorización que reactivó este mes las exportaciones a Estados Unidos tras una pausa de casi cuatro años, dijeron el jueves dos personas familiarizadas con el asunto.
Chevron recibió en noviembre una licencia del Departamento del Tesoro de Estados Unidos para reanimar producción y expandir sus operaciones petroleras en Venezuela.
El tercer cargamento en semanas representa un comienzo sólido para un acuerdo que se espera dure al menos seis meses. Los refinadores de la costa del Golfo de Estados Unidos aprecian el crudo pesado venezolano, pero tenían prohibido comprarlo bajo el régimen de sanciones vigente.
El primer tanquero fletado por Chevron cargado con petróleo venezolano partió el martes y tiene previsto entregar el crudo la próxima semana a su refinería de Pascagoula, Mississippi. También se espera que otros dos buques entreguen sus cargamentos este mes.
Esta semana Chevron también realizó, por separado, su primera entrega de nafta pesada importada a su empresa mixta Petropiar en la terminal de Jose, de PDVSA. Se espera que un segundo cargamento de alrededor de 450.000 barriles del combustible parta de un puerto estadounidense en los próximos días, agregaron las personas.
Hasta ahora, Chevron ha recibido 500.000 barriles de crudo pesado Hamaca de su proyecto Petropiar en un cargamento que va rumbo a Estados Unidos en el barco Sealeo, así como otro embarque de unos 240.000 barriles de crudo pesado Boscán a bordo del tanquero Kerala, que cargó en el puerto de Bajo Grande y pasó por el canal del Lago de Maracaibo, en el noroeste venezolano.
El tercer cargamento será transportado por el buque Carina Voyager, operado por Chevron, dijo una de las personas. El barco llegó al Mar Caribe la semana pasada y ha estado esperando que le asignen ventana de carga en el puerto de Jose, mostraron los datos de Refinitiv Eikon.
PDVSA no respondió a solicitudes de comentarios.
La compañía estadounidense ha recurrido a transferencias de barco a barco, o STS por su sigla en inglés, para consolidar los cargamentos de sus empresas mixtas en Venezuela antes de que zarpen a Estados Unidos, ante limitaciones de infraestructura que afectaron las exportaciones del país sudamericano el año pasado.
Las transferencias cerca de Aruba y en el área de Caquetios, en Venezuela, tienen como objetivo superar problemas que van desde cortes de energía hasta el mal funcionamiento de equipos y un canal de navegación obstruido por sedimentos, lo que a menudo retrasa los envíos.
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