El Departamento de Estado de los Estados Unidos incluyó a Nicaragua en la lista de gobiernos que han violentado la libertad religiosa, junto a naciones como Sudán del Sur, Cuba y Nigeria.
El Departamento de Estado señala que en Nicaragua han habido “graves violaciones de la libertad religiosa”, y por eso ha incluido a nuestro país en la «Lista de Vigilancia Especial» de violaciones a la libertad religiosa.
Según las autoridades norteamericanas, la iglesia católica en Nicaragua han sido violentada por el Estado de Nicaragua.
Desde que estalló el conflicto social en abril del 2018, la Iglesia Católica ha sido victima de saqueos, destrucción, incendios, amenazas de muerte, agresiones físicas a sacerdotes y exilio a otros.
De acuerdo al “Informe Internacional de Libertad Religiosa”, publicado por Estados Unidos el Estado de Nicaragua no permite la libertad de culto en el país.
Por su parte el Cardenal Leopoldo Brenes junto a los obispos de la Conferencia Epicopal, han asegurado que el papel de la iglesia ha sido estar “al lado de las víctimas” durante la crisis política.
Algunos templos católicos funcionaron como refugios para manifestantes opositores, y las campanas de algunas iglesias eran sonadas en señal de alerta cada vez que una ciudad era atacada por paramilitares, sobre todo en los departamentos y pueblos pequeños como Jinotepe y Masaya.
De igual manera, algunas parroquias fueron centros de acopio y de atención médica ante la negativa de los hospitales de atender a los manifestantes heridos.
Este es el caso de la Catedral de Managua que el día 20 de abril albergó a decenas de jóvenes que huían de la represión estatal y que permanecieron asediados y amenazados en el recinto religioso por más de 20 horas.
Los obispos también fueron agredidos por turbas sandinistas y paramilitares en Diriamba en julio del año pasado en la Basílica Menor de esta ciudad. El Nuncio Apostólico Waldemar Stanislaw Sommertag también fue agredido en esa ocasión.
Recientemente, el padre Edwin Román permaneció encerrado parroquia en Masaya junto a un grupo de madres de presos políticos que se declararon en huelga de hambre para exigir la liberación de sus reos.
La parroquia San Miguel en donde estaba el padre, se encontraba bajo Estado de Sitio por la Policía Nacional que acordonó la zona al menos 2 cuadras a la redonda y no permitía acceso vehicular.
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