No se crearon 200 mil nuevos puestos de trabajo, ni el crecimiento de la economía de Nicaragua se disparó al 10% anual y ni una sola zanja se cavó para permitir el paso de los megabarcos entre el caribe nicaragüense y el océano Pacífico. En realidad el proyecto del Canal Interoceánico de Nicaragua derivó, según el diario The Epoch Times, en una mega estafa de 31 mil millones de dólares.
En mayo pasado el oscuro empresario chino Wang Jing y su compañía Beijing Xinwei Technology Group fueron expulsados de la Bolsa de Valores de Shaghai señalados de ocultar deudas. Wang también fue inhabilitado de desempeñar durante 10 años cualquier función administrativa en las empresas que cotizan en bolsa.
Según el artículo de The Epoch Times, Wang Jing y su empresa lograron que inversionistas se dejaran llevar por cotizaciones fantasmas en la Bolsa de Valores de Shaghai, gracias al anuncio en el 2013 del inicio de la construcción del canal interoceánico en Nicaragua.
Luego de la expulsión, los activos del Grupo Xinwei cayeron a una deuda de 2 mil 300 millones de dólares, provocando la “agitación financiera” de más de 100 mil de sus accionistas.
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Lo que Ortega concedió al chino
El 13 de junio de 2013, la Asamblea Nacional de Nicaragua aprobó la concesión para construir el canal interoceánico, cediéndole a la empresa HK Nicaragua Canal Development Investment Co. Limited (HKND Group), de Wang Jing, 50 años para manejar el proyecto, prorrogables a otros 50 años.
El costo inicial del proyecto era de 40 mil millones de dólares. Luego se disparó hasta los 50 mil millones de dólares.
La promesa era que el canal estaría totalmente listo en 10 años, aunque ya para el 2019 estaría cruzando el primer barco por la nueva vía interoceánica. La promesa era que por allí pasaran cada año unos 5,100 barcos graneleros y petroleros de 400,000 toneladas, con 30 horas de tránsito para cada barco.
Ortega le cedió a Wang Jing los derechos de construir no solo la vía acuática, sino también un canal seco con instalaciones ferroviarias, oleoductos, puertos y pistas aéreas tanto en el Caribe como en el Pacífico, una zona franca de libre comercio y complejos turísticos.
Ortega «vende patria»
El faraónico proyecto conllevaba que unos 50 mil campesinos serían sacados de sus tierras. Estos protestaron, pero una y otra vez fueron reprimidos por el gobierno de Daniel Ortega.
La oposición también protestó y acusó a Ortega de “vende patria” por considerar que se estaba entregando el país a un empresario.
«Es prácticamente la creación de una nueva nación poniendo en riesgo todo para los nicaragüenses, eso no es beneficio, si vamos a vender a la patria, que venderla, regalarla, yo creo que primero la dignidad de los nicaragüenses», manifestó María Eugenia Sequeira, entonces diputada por el Partido Liberal Independiente (PLI).
Laureano Ortega y Wang Jing
«Aquí está el fantasma», bromeó Daniel Ortega el 13 de junio cuando presentó ante los nicaragüenses al oscuro empresario chino y firmaron un convenio marco para la construcción del Gran Canal Interoceánico.
En la relación entre el presidente Ortega y Wang Jing tuvo mucho que ver Laureano Ortega, asesor presidencial en inversiones. Citando un reportaje del periodista estadounidense Tim Johnson, el medio de comunicación Confidencial informó en junio del 2015 que el primer contacto entre el hijo de la pareja presidencial y el empresario fue “gracias a diligencias del oficiales del gobierno de China”.
El periodista conversó con Manuel Coronel Kautz, presidente de la autoridad del Gran Canal, y este dijo que en un viaje de Laureano a Beijing como asesor de ProNicaragua, la agencia promotora de inversiones, este “habló sobre la posibilidad del canal, y se mostraron tan interesados”.
Laureano habría sido enviado a reunirse con el ministro de infraestructura y las autoridades del Banco de China, y estos “le habrían dicho que magnates del sector privado podrían estar interesados en la iniciativa”, señala el reportaje. Entre esos empresarios estaba Wang Jing.
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Empresarios estaban entusiasmados
Wang Jing incluso entusiasmó al empresariado nicaragüense, el cual respaldó el proyecto, dando así la espalda a los campesinos y grupos ambientalistas.
Incluso un grupo de ellos viajó con Laureano Ortega y otros funcionarios sandinistas a China y se reunió con el empresario chino. Entre quienes fueron a ese viaje estuvo José Adán Aguerri, entonces Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), hoy un preso político.
El proyecto nunca arrancó. En octubre del 2015 la fortuna personal de Wang Jing de 10 mil 200 millones de dólares se redujo en 9,100 millones de dólares tras la caída del mercado bursátil de China.
La desconfianza en que el proyecto se llevaría a cabo aumentó, pero aún así el gobierno de Daniel Ortega seguía sosteniendo que el Canal se iba a construir. Aún lo dice. La concesión sigue vigente.
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