El presidente estadounidense, Joe Biden, anunció el miércoles un paquete de 800 millones de dólares de ayuda militar para Ucrania, donde Rusia amenazó con bombardear centros de mando en Kiev si sigue recibiendo ataques en su territorio.
«Vemos intentos de sabotaje y bombardeos de las fuerzas ucranianas contra posiciones en el territorio de la Federación de Rusia», dijo el portavoz del Ministerio ruso de Defensa, Igor Konashenkov.
«Si estos hechos continúan, el ejército ruso atacará centros de toma de decisiones, también en Kiev, lo que el ejército ruso se ha abstenido de hacer hasta ahora», añadió.
El miércoles, la fuerzas ucranianas reivindicaron un ataque contra el crucero ruso Moskva en el mar Negro. «Los misiles Neptune que vigilan el mar Negro causaron daños muy graves al barco ruso», indicó el gobernador de Odesa, Maksym Marchenko.
Régimen apresa hijo de sus colaboradores
Posteriormente, el ministerio ruso de Defensa confirmó que el barco resultó «seriamente dañado» por un incendio que hizo estallar su munición. La tripulación fue evacuada y las causas del suceso se están determinando, precisó citado por agencias estatales.
La capital ucraniana se ha visto libre de los combates desde finales de marzo con el repliegue de las tropas rusas de esa región, que dio paso a imágenes que conmocionaron al mundo, como las decenas de civiles muertos en Bucha.
Esta localidad recibió la visita del fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI), Karim Khan, que consideró que Ucrania era la «escena de un crimen» donde se podrían estar «cometiendo delitos de la competencia de la Corte».
«Capacidades para defenderse»
Desde su retirada de los alrededores de Kiev, Rusia centra su ofensiva en el este y en el sur del país. El Pentágono indicó que será una batalla distinta, con las fuerzas rusas menos dispersas y en una zona «más plana y abierta» que el norte.
Por ello, el nuevo paquete comprende equipos «muy eficaces que ya hemos entregado» a Ucrania, pero también «nuevas capacidades», entre las que destacan «sistemas de artillería» y «medios de transporte blindados», indicó el gobierno estadounidense.
Rusia amenaza con bombardear Kiev si Ucrania sigue atacando su territorio
Entre ellos hay piezas de artillería de última generación como los cañones M777 Howitzer, 40.000 obuses, 300 drones «kamkaze» 500 misiles antitanque Javelin, radares antiartillería y antiaéreos, 200 vehículos blindados de transporte, 100 blindados ligeros y 11 helicópteros Mi-17 de fabricación rusa.
Biden anunció el nuevo tramo de ayuda durante una llamada de una hora con su homólogo ucraniano, Volodimir Zelenski, con el que se comprometió a «proveer a Ucrania con capacidades para defenderse».
En la víspera, el presidente estadounidense había calificado por primera vez de «genocidio» las acciones de Rusia en Ucrania, una acusación a la que se unieron este jueves el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, y el presidente colombiano, Iván Duque.
En Europa, el canciller alemán, Olaf Scholz, y el presidente francés, Emmanuel Macron, prefirieron no usar ese término, una actitud que fue calificada por Zelenski de «muy dolorosa».
La batalla de Mariúpol
Pese a las distintas rondas de negociaciones entre ambas partes, la ONU consideró que un «alto el fuego general» con fines humanitarios «no parece posible actualmente» y sigue esperando respuestas de Moscú a sus propuestas concretas para la evacuación de civiles y el envío de ayuda humanitaria a zonas de combate.
Una de estas regiones es Mariúpol, una ciudad estratégica en el sureste de Ucrania donde han muerto al menos 20.000 personas, según las autoridades de Kiev.
Las fuerzas rusas bombardean la localidad desde hace más de 40 días y, según la presidencia ucraniana, un «90% de las casas» han sido destruidas.
Ucrania teme la caída de Mariúpol y se prepara para una ofensiva rusa en el este
Conquistar Mariúpol sería una victoria importante para los rusos, ya que les permitiría consolidar sus avances territoriales en la costa del mar de Azov, uniendo la región de Donbás (este de Ucrania), controlada en parte por separatistas prorrusos, con Crimea, que Moscú se anexó en 2014.
La rendición de la ciudad parece inevitable para algunos expertos militares, pero las fuerzas ucranianas todavía resisten.
El Ministerio de Defensa ruso aseguró el miércoles que un millar de soldados ucranianos se rindieron en esa ciudad, donde la resistencia se concentra ahora en el vasto complejo metalúrgico de Azovstal, hasta ahora un bastión de las fuerzas ucranianas.
Los periodistas de la AFP que pudieron entrar en la ciudad junto a las fuerzas rusas vieron las ruinas carbonizadas de Mariúpol.
Desde principios de semana hubo rumores, hasta ahora sin confirmar, del uso de armas químicas por parte de los soldados rusos en esta ciudad, rechazados por parte de Moscú.
«No es una guerra, es terrorismo»
Los bombardeos afectan otras partes del este del país. En la ciudad de Járkov, también asediada por los rusos desde el inicio de la invasión, al menos cuatro civiles murieron y 10 resultaron heridos este miércoles, según informó el gobernador regional.
«Esto no es una guerra, es terrorismo», dijo el presidente polaco Andrzej Duda durante una visita a Kiev. «Si alguien envía aviones y soldados para bombardear zonas residenciales y matar civiles, no es una guerra. Es crueldad, bandidismo, terrorismo», agregó.
Por su parte, el presidente lituano, Gitanas Nauseda, visitó Borodianka, a media hora en coche de la capital, una zona «impregnada de dolor y sufrimiento».
Las autoridades ucranianas han pedido a los civiles que huyan del este lo antes posible, en medio de temores de una inminente ofensiva rusa por el control total del Donbás, donde el ejército se enfrenta a los separatistas prorrusos desde 2014.
En total, más de 4,65 millones de ucranianos han huido de su país desde el inicio de la invasión rusa el 24 de febrero, según las últimas cifras del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). A ellos se suman más de 7 millones de desplazados internos.
Los analistas creen que el presidente ruso Vladimir Putin, enfrentado a la feroz resistencia ucraniana, quiere asegurarse una victoria en el este antes del desfile militar del 9 de mayo en la Plaza Roja, que conmemora la victoria soviética contra los nazis de 1945.
En ese sentido, el jefe de una de las dos autoproclamadas «repúblicas» separatistas prorrusas, Leonid Pasechnik, aseguró que sus tropas ya controlaban «entre el 80 y el 90%» de la región de Lugansk.
Afectada por numerosas sanciones internacionales, Rusia anunció el miércoles que prohibirá la entrada a su territorio a 398 miembros del Congreso estadounidense, como represalia a una medida similar adoptada por Washington.
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