En sus informes de inicio de año 2023, el presidente del Banco Central de Nicaragua (BCN), Ovidio Reyes, habla de una evolución positiva de la economía, y de un crecimiento de la actividad económica y del empleo, así como de indicadores financieros estables y un sector público con finanzas sanas.
A juzgar por lo que dice Reyes, este pareciera estar al mando de un Banco Central de un país que no es Nicaragua, sin embargo, la realidad pone en evidencia que para las familias nicaragüenses, cada día es más difícil comprar los productos alimenticios que componen los 53 productos de la canasta básica.
Basta además analizar las descomunales cifras de migración de los últimos 4 años, para determinar que en Nicaragua, reina la falta de oportunidades laborales y abunda cada vez más el desempleo y aflora el empleo informal.
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“En la casa somos una familia de cinco personas, mi marido trabaja como vigilante y gana 9 mil córdobas al mes y yo me dedico a lavar, planchar y a limpiar casas y quizás, me gane unos 3 mil pesos en el mes, y aun así, no nos alcanza para cubrir todos los gastos. Lo que hacemos es priorizar el pago del agua y la luz”, expresa Ariola Gómez, habitante del barrio monseñor Lezcano.
La capitalina agrega que desde hace un año, dejaron de consumir productos que antes eran parte de la dieta cotidiana. “Para nosotros ahora se volvió un lujo comer queso y frijoles, y parece que pronto, hasta el huevo vamos a dejar de comer, porque nos resulta demasiado caro. Ahora estamos comiendo más arroz y menos porciones de frijoles porque los ingresos no nos permiten comer bien”, agrega Gómez.
La justificación de los altos costos de la vida
Mientras Gómez sortea las dificultades en su hogar, Reyes “pintó” un país donde hace creer que sus pobladores, viven felices y sin necesidades.
Ante la Asamblea Nacional que domina Daniel Ortega, admitió que los nicaragüenses se enfrentan a una inflación que ya ronda el 11.59%, la cual no sólo es la más alta en la historia del país, sino la más elevada de toda Centroamérica. Precisamente, al referirse a las expectativas sobre la actual inflación, Reyes dijo que confía en que esta “se reduzca y finalice en un rango de entre 5% y 6%”.
“Ya los precios de los principales productos internacionales han comenzado a descender, entre ellos el petróleo, así como el de los alimentos, por lo que esperamos que la inflación nacional se modere a partir del primer semestre del 2023”, expresó Reyes sin dar más detalles de su especulación.
“El país ha tenido que enfrentar el fenómeno inflacionario global, el cual se ha traspasado a los precios nacionales haciendo que la inflación nacional sea principalmente de naturaleza importada”, expresa Reyes al justificar el alto precio de los alimentos en la economía de Nicaragua.
Reyes dijo en su argumento, que aún “las principales economías del mundo presentaron en el 2022, elevados precios derivados de la pandemia del Covid-19, por lo que los bancos centrales, reaccionaron subiendo las tasas de interés para moderar el gasto, incluyendo a nuestro país”, explicó.
Menos frijoles cocidos por 20 pesos
No obstante, los nicaragüenses tienen sus propios termómetros para medir la crisis económica que padecen, tal como lo expresan habitantes de los barrios María Auxiliadora y San Cristóbal del sector oriental de Managua quienes comentan, que desde hace meses, notan que en las pulperías les dan menos cantidad de frijoles cocidos por 20 córdobas.
“Antes comprábamos 10 pesos de frijoles cocidos, pero ahora ya no ajustamos ni con 20, y cada vez están dando menos cantidad, por eso para poder darle de cenar a una familia de cinco o seis personas, ya no se puede con 20 pesos, por lo menos son de 30 a 40 córdobas los que se necesitan, sólo para hacer el gallopinto de la cena”, asegura doña Carmen Pérez, habitante del barrio San Cristóbal.
El presidente del Banco Central, destaca que las medidas y políticas internas han atenuado las presiones inflacionarias, particularmente la decisión de mantener un subsidio generalizado a los precios de la gasolina, diésel y gas butano.
Sin embargo, la medida llegó tarde. El 7 de abril del 2022, cuando Ortega ordenó congelar el precio de todos esos combustibles, lo hizo en su pico histórico más alto, y desde entonces los consumidores se ven castigados, pagando por el segundo combustible más caro de Centroamérica, solo después de Costa Rica.
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Régimen fracasa, no responde a la crisis económica
Pese a que la dictadura de Nicaragua mantiene el control político de todos los poderes del estado, el Centro de Estudios Transdisciplinarios de Centroamérica (Cetcam), considera que uno de los flancos más débiles del régimen seguirá siendo la grave crisis económica en que está sumergida la mayoría de la población.
Esto se debe a que aun cuando existe un aparente desempeño positivo, según lo que revelan los indicadores económicos oficialistas, en la práctica este “contrasta drásticamente con una situación de mayor pobreza, desempleo y desesperanza de la población en Nicaragua”, señala el análisis del Cetcam en su informe Perspectivas 168.
El Cetcam advirtió que la situación económica impacta considerablemente en las condiciones de vida de la gente y que de seguir así, se puede concluir que si la gestión del régimen de Ortega no puede aliviar esta crisis, ha fracasado estrepitosamente como lo hizo con la crisis política.
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