Un día como hoy hace seis años lanzamos por primera vez nuestro sitio web. Era más que modesto y básico. Nos costó doscientos dólares, eso les puede dar una idea de cómo se veía. Ese 14 de junio dijimos que sería nuestro aniversario oficial, pero improvisadamente, sin saber en que luego nos convertiríamos en un medio de referencia nacional, iniciamos a contar las protestas desde el día en que estas iniciaron, mucho antes incluso, de que tuviéramos un nombre.
Fue un acto impulsivo, de una periodista que vio en aquella efervescencia social unos acontecimientos que tenían todo para convertirse en históricos. Y así fue.
Un país que se queda sin periodistas y unos periodistas que se quedan sin país
Durante los primeros tres años tuvimos bastante estabilidad con el personal que poco a poco se fue integrando a nuestro equipo, sentíamos el calor de una familia o al menos, una complicidad sólida en una visión colectiva, pero llegó el día en que empezamos a ver cómo se iban marchando.
Es difícil encontrar periodistas hoy en día. Sería repetitivo volver a contarles lo que ha pasado, ustedes, nuestra audiencia, también han visto partir a los suyos y conocen perfectamente las razones.
Unos fueron alcanzados por el terror del régimen, otros fueron apresados o sometidos de alguna manera utilizando a la policía o al sistema judicial y muchos, muchos más, se fueron de Nicaragua, o de Costa Rica, donde una amplia mayoría permanecía en el exilio.
Se fueron a Estados Unidos con parole humanitario, o a España o a cualquier otro destino donde la vida pareciera menos dura para ellos o sus familias. Se fueron para seguir viviendo, porque seis años de amenazas, persecución, clandestinidad y miedo pesan, y mucho.
Todos estamos agotados. Muchos en alguna ocasión hemos pensado en dejar todo atrás y reinventarnos. Quizá podríamos hacer otra cosa, quizá tengamos otros talentos y seguro que sí, y si no, podríamos aprenderlos. Pero no es fácil. Quién ha ejercido el periodismo sabe lo apasionante que puede llegar a ser convertirte en testigo de la historia y uno de sus narradores en la primera fila.
Los que seguimos elegimos esto cada día, porque la tentación de marcharse siempre existe, es una lucha constante. Pero aquí estamos aún y de una cosa estoy segura, siempre quedará alguno, aunque muchos se retiren, siempre habrá periodistas dispuestos a asumir este importante rol social de cuestionar al poder, de revelar la verdad, de dar voz a la gente que ha sido silenciada.
Hoy, a seis años de esta que consideramos una hazaña (porque literalmente el régimen le montó una guerra al periodismo), queremos decirles a esos periodistas que se retiraron del oficio, que los entendemos, que los abrazamos en su dura decisión y luto por ya no hacer más lo que eligieron para sus vidas, que los extrañamos, que ha sido una gran pérdida para el periodismo no tenerlos por ahora con nosotros, pero sobre todo, que nosotros seguiremos por ustedes, que Nicaragua Investiga es el rostro y la pluma de todos los que hoy no pueden escribir más.
Los esperamos cuando Nicaragua vuelva a ser libre. Esto solo debe ser una pausa. El don que ustedes poseen debe volver al periodismo. Les decimos tanto a los periodistas como a las personas que ejercen otras profesiones también valiosas y que decidieron pausar, que elegir vivir también es resistir.
¡Gracias! ¡Gracias! ¡Gracias!
Jennifer Ortiz
Directora de Nicaragua Investiga