La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, tras su victoria en las recientes elecciones presidenciales, ha renovado las preocupaciones de miles de nicaragüenses que residen en Estados Unidos y que, según expertos, están en riesgo de ser deportados bajo la dura política migratoria que promete implementar el nuevo presidente.
El politólogo nicaragüense y director del programa de Migración, Remesas y Desarrollo de Diálogo Interamericano, Manuel Orozco, en una reciente entrevista con el programa Esta Noche, destacó cifras alarmantes sobre la vulnerabilidad de los migrantes nicaragüenses ante las medidas que el gobierno estadounidense podría ejecutar en los próximos años.
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Orozco indicó que al menos 150,000 nicaragüenses en Estados Unidos tienen órdenes de deportación pendientes. Este es solo uno de los grupos vulnerables, ya que hay una variedad de categorías de inmigrantes nicaragüenses que podrían verse afectadas por las futuras redadas y políticas de expulsión.
«Estamos hablando de por lo menos 350,000 personas en situación irregular, que incluyen aquellos que no han hecho ningún tipo de ajuste migratorio, lo que los hace susceptibles a ser detenidos y deportados», explicó Orozco.
A esta cifra se suman aproximadamente 80,000 personas actualmente en centros de detención, de las cuales unas 3,000 podrían ser nicaragüenses, quienes enfrentarán procesos judiciales que podrían culminar en su expulsión del país.
Otro grupo vulnerable son los beneficiarios del parole humanitario y el Estatus de Protección Temporal (TPS), que suman alrededor de 40,000 personas. Aunque algunos han intentado ajustar su estatus migratorio, Orozco destacó que menos del 15% de los beneficiarios bajo parole han iniciado el proceso legal para regularizar su situación.
La situación más alarmante recae sobre los 350,000 nicaragüenses que permanecen en EE.UU. de manera indocumentada, sin haber comenzado trámites para regularizar su estatus. La presidencia de Trump podría intensificar las políticas migratorias, afectando a estos grupos que actualmente viven en la incertidumbre.
Impacto de las deportaciones masivas
Orozco destacó que las deportaciones masivas, previstas como una de las prioridades del gobierno de Trump, podrían comenzar de forma acelerada.
En sus primeros tres meses, estima que el gobierno podría deportar entre 10,000 y 20,000 personas que ya cuentan con órdenes de deportación o están en condiciones legales irregulares.
«La estrategia será apuntar a la ‘fruta madura’, es decir, aquellos que ya tienen órdenes de deportación o aquellos que llegaron entre 2020 y 2024», señaló el analista.
Sin embargo, Orozco también advirtió sobre las limitaciones de recursos para ejecutar una política de deportación tan ambiciosa.
«ICE, la oficina encargada de deportaciones, tiene un presupuesto de 9,000 millones de dólares, pero la patrulla fronteriza cuenta con 30,000 millones. Esto hace que la deportación efectiva sea un desafío logístico y financiero», señaló.
Consecuencias económicas para Nicaragua
El impacto de las deportaciones en la economía de Nicaragua podría ser considerable, especialmente debido al rol crucial que las remesas juegan en la economía nacional.
Orozco advirtió que, si las deportaciones se ejecutan en masa, se reduciría el envío de remesas, lo que afectaría directamente el consumo privado en el país.
«Un descenso en las remesas podría reducir el crecimiento de la economía nicaragüense. Si las deportaciones alcanzan las proyecciones más altas, podríamos ver una caída del 6% al 4% en el envío de remesas en los próximos años», indicó Orozco.
A pesar del contexto adverso, el analista destacó que algunos nicaragüenses aún pueden buscar alternativas legales para evitar la deportación, como solicitar asilo político o ajustar su estatus migratorio a través de la reunificación familiar.
Sin embargo, destacó que la mayoría de los migrantes nicaragüenses enfrentan dificultades para acceder a apoyo legal debido a los altos costos de los trámites y la falta de recursos para contratar abogados.
«Un tercio de los nicaragüenses que solicitan asilo cuentan con apoyo legal, pero dos tercios lo hacen sin asistencia profesional», puntualizó Orozco.
Futuro de la migración nicaragüense
Con la implementación de políticas más restrictivas, Orozco sugirió que es probable que algunos nicaragüenses opten por migrar hacia otros países de la región, como Costa Rica, en lugar de enfrentar el riesgo de ser detenidos y deportados en Estados Unidos.
«Aunque la migración hacia EE.UU. podría reducirse a corto plazo, la necesidad económica en Nicaragua no desaparecerá, y la migración continuará, pero con destinos diferentes», concluyó el analista.
La situación migratoria de los nicaragüenses en Estados Unidos sigue siendo incierta y, aunque muchos intentan adaptarse a las políticas vigentes, las futuras medidas del gobierno de Trump podrían poner en jaque a miles de familias que han buscado refugio en el país del norte.
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