Solo horas después de que la Corte IDH diera a conocer su sentencia declarando al Estado de Nicaragua responsable por la violación de varios derechos establecidos en la Convención Americana por la promoción del mega proyecto del Gran Canal Interoceánico, el dictador Daniel Ortega anunció una nueva ruta para desarrollar la controversial obra.
El anuncio lo hizo en la XVII Cumbre Empresarial China-LAC que se realiza en el Centro de Convenciones Olof Palme en Managua y lo vendió como «una solución estratégica a los desafíos que enfrenta el comercio marítimo global» y ante los problemas que según él, enfrenta el Canal de Panamá, principalmente por «la escasez de agua y las limitaciones para el paso de grandes embarcaciones».
«El comercio está creciendo cada vez más en el mundo (…) hay un transporte que resulta fundamental, el transporte acuático, los barcos que transportan toneladas de mercadería», dijo el dictador.
Ortega prometió que «esta es la alternativa. Es un canal muy ancho, bien ancho, tan ancho que facilita que puedan entrar los barcos más grandes que pueda haber (…) arrancaría en el puerto de Bluefields y llegaría al puerto de Corinto», resaltó.
Estado de Nicaragua condenado por corte IDH a resarcir daños por Canal Interoceánico
Más daño ambiental y Nicaragua partida en dos
Informó que el proyecto tendría una longitud de 445 kilómetros y de acuerdo con el mapa presentado en el acto oficial, partirá a Nicaragua en dos partes, además de atravesar el Lago Xolotlán por su centro. Esto continúa provocando un grave daño ambiental al país, que es uno de los principales cuestionamientos que hizo la Corte IDH en su sentencia de hoy, y uno de los principales motivos de levantamiento popular de poblaciones indígenas, afrodescendientes y campesinos.
Ortega aprovechó el espacio en el que coincidían varios empresarios chinos para llamar a que inviertan en este proyecto.
«Lo que falta es que unamos esfuerzos. En primer lugar, con los empresarios latinoamericanos y caribeños, y que nos acompañen obviamente los hermanos de la República Popular China», dijo.
Esto a pesar del revés que representó el empresario Wang Jing, primer concesionario de este proyecto y acusado de estafa internacional, ahora desaparecido.
«Aquí está Nicaragua lista para contribuir con ese paso que le de mayor fluidez al transporte marítimo, al comercio y los invitamos, les vamos a hacer llegar mayor información porque se han hecho muchos estudios», expresó el dictador.
Sentencia desoída
La Corte IDH condenó al Estado de Nicaragua entre otras cosas, a no retomar las obras del Canal Interoceánico sin una consulta previa y efectiva a las poblaciones afectadas, pagar una indemnización económica a los líderes comunitarios perseguidos y obligados al exilio por defender sus derechos y a reiniciar el proceso de saneamiento y titulación de las propiedades indígenas ancestrales así como la expulsión de colonos. Sentencia que por lo obvio, Ortega no está dispuesto a cumplir.