La Policía Nacional se gastará más de 90 millones de córdobas del presupuesto público de este año para “reemplazo y equipamiento” de dos centros señalados por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), por practicar torturas contra nicaragüenses opositores al régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
La dictadura invertirá más de 62 millones de córdobas en la estación policial del Distrito III de Managua, utilizada como centro principal de interrogatorio de detenidos arbitrariamente, según datos del informe de ejecución presupuestaria de este año. El gasto se destinará supuestamente al “reemplazo y equipamiento” de la estación, incluyendo la compra de equipos que no están especificados.
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Sin embargo, se indica que finalizar el proyecto, se contará con un inmueble de 3,326.15 metros cuadrados.
Por otro lado, se gastará 30 millones de córdobas para la “habilitación y equipamiento” del Centro de Operaciones de la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), lugar de secuestro y largos interrogatorios para presos políticos. Este centro, que terminará con un área de 787.27 metros cuadrados, será equipado con tecnología informática y mobiliario de oficina y cómputo.
Dos centros de tortura
Según un informe de la ONU publicado en 2025, el Distrito III y el complejo de la DAJ en Managua, conocido como “El Nuevo Chipote”, operan como centros de tortura de la policía bajo la dictadura de Ortega-Murillo.
La policía arrestaba a opositores y los trasladaba a comisarías departamentales y distritales, incluyendo el Distrito III de Managua. Después, eran conducidos a la DAJ, inicialmente conocida como “El Viejo Chipote” en 2018 y luego como el Nuevo Chipote a partir de 2019.
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El Grupo de Expertos de la ONU documentó que agentes policiales de la DAJ sometían a personas opositoras a tratos crueles e inhumanos que, en algunos casos, constituyeron torturas física, “con el objetivo de obtener información sobre la organización de las protestas, para castigarlas por su participación o por cualquier expresión que pudiera ser considerada como oposición política”.
El Grupo de Expertos documentó las siguientes técnicas de tortura: golpes en diversas áreas del cuerpo (cara, boca, costillas, estómago, espalda, glúteos, cabeza); aplicación de descargas eléctricas, incluso en los genitales; quemaduras con cigarrillos; asfixia; ahogamiento simulado («submarino»); golpes en los oídos con las manos abiertas; lesiones punzocortantes en muñecas y tobillos; arranque de uñas; y posturas de tensión como mantener las piernas abiertas, suspensión de las manos y permanecer esposados a sillas durante horas.
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