El régimen de Ortega-Murillo ejerce un acoso, vigilancia y hostigamiento incesante contra los familiares de periodistas exiliados. Esta estrategia busca silenciar a los periodistas e impedir que informen sobre la cruda realidad nicaragüense. Para ello, utiliza a fanáticos sandinistas y agentes policiales que espían las rutinas de los familiares y los amenazan constantemente.
En abril de este año, familiares de una periodista exiliada denunciaron haber sido víctimas de vigilancia, hostigamiento e intimidación.
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Según el testimonio de la comunicadora, civiles armados del régimen sandinista rodearon la residencia familiar, causando un significativo impacto emocional en sus parientes que aún residen en el país.
“Temo que algo malo les suceda”, expresó con preocupación. La periodista interpreta esta acción intimidatoria como una represalia directa a su labor profesional, ejercida desde el exilio. A pesar de no estar en Nicaragua, cree que el régimen busca castigar su trabajo informativo indirectamente, presionando a su círculo familiar.
Aumento de la vigilancia
Otra periodista en el exilio denunció que en abril se intensificó la vigilancia sandinista sobre su familia en Nicaragua. La comunicadora reportó que fanáticos sandinistas monitoreaban su casa, creando una atmósfera de miedo e inseguridad.
“He querido sacar el pasaporte a mi hija, pero temo por ello (…) Mi familia ha sufrido más vigilancia de paramilitares y policías uniformados”, relató con preocupación. Expuso que por esta situación, desistió de gestionar el documento de su hija por miedo a represalias.
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“La vigilancia, el hostigamiento y las amenazas persisten como mecanismos de control y castigo, incluso para quienes han intentado mantenerse al margen de los temas considerados sensibles por el gobierno”, denuncia un informe trimestral de la Fundación por la Libertad de Expresión y Democracia (FLED), titulado Gobierno de Nicaragua intensifica el hostigamiento y las represalias contra familiares de periodistas exiliados, publicado este jueves 10 de julio de 2025.
Los testimonios recogidos en este informe, analizan los ataques a la libertad de prensa ocurridos entre abril y junio de 2025. Entre abril y junio de 2025, FLED documentó el exilio forzado de cuatro periodistas, elevando a 293 el total de comunicadores obligados a abandonar Nicaragua desde 2018.
Amenazas a familiares
Los ataques no se detienen en la vigilancia, sino en amenazas directas. Una periodista nicaragüense, colaboradora de un medio digital en el exilio, denunció que recibió mensajes intimidatorios con detalles precisos sobre su domicilio, la ubicación de sus hijos y sus rutinas familiares.
“Me escriben diciéndome ‘ya sabemos dónde vivís, sabemos que tenés hijos y a dónde estudian’, y hasta la dirección de mi casa me la mandan”, relató la comunicadora. “Esta gente es mala. Buscan infundir terror para paralizarnos y que dejemos de hacer periodismo”, expresó.
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Según el informe de la FLED, la cobertura de noticias en el país se ha visto gravemente limitada en el último trimestre.
La modificación o el abandono de la labor informativa por parte de muchos comunicadores se debe a la vigilancia constante de los familiares de los periodistas, el acoso policial durante las coberturas y las represalias directas.
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