30 horas detenida, sin saber motivos de su arresto y luego fue deportada
El pasado fin de semana 17 estudiantes y 3 documentalistas fueron apresados en Jinotepe por la Policía Nacional, entre ellos se encontraba Emilia Mello, de nacionalidad brasileña. Ella acompañaba a los líderes estudiantiles hacia la marcha que se realizaría en Granada, con el propósito de documentar la actividad y realizar un reportaje sobre la crisis sociopolítica que vive Nicaragua.
Nunca pensó que eso le costaría vivir uno de los momentos más tormentosos de su vida. Por 30 horas estuvo retenida por la Policía Nacional y fue sometida a un tenso interrogatorio que culminó con su deportación del país, sin que le explicaran las razones de esta decisión. «Los policías sacaron todas nuestras cosas, nuestros teléfonos, por suerte y con mucho coraje uno de nuestros compañeros nicaragüenses logró salvar un teléfono y con eso ella mandó un mensaje a otros compañero que alertó a toda la sociedad y al Movimiento que estaban detenidos», dijo Mello.
Relató a El Nuevo Diario que primero les llevaron a la estación policial de Jinotepe, donde una de las jóvenes apresadas tuvo un ataque de epilepsia, sin que le ofrecieran atención médica inmediata, y fue hasta mucho después de empeorada la condición de la muchacha «casi al punto de morir», según Mello, que se le trasladó al hospital local.
En tanto el resto del grupo, junto a la brasileña, fueron llevados a las celdas de Auxilio Judicial, en Managua, conocida como El Chipote.
Ahí los policías empezaron a interrogarla. Le preguntaban qué estaba haciendo en el país y quiénes eran sus contactos en un interrogatorio que la brasileña describió como intenso, en el que le amenazaban con iniciarle un proceso judicial en Nicaragua y le limitaban las horas de sueño, ya que el interrogatorio se prolongó hasta las 3:30 de la madrugada.
“Fui interrogada hasta las 3:30 a.m por cinco personas diferentes. Ellos querían acceso a mi material, mi teléfono, mis contactos. Me amenazaron con que yo iba a sufrir un proceso judicial dentro de Nicaragua, pero mi posición era que Migración debía decidir mi estadía en el país, y que si tenía o no una acción criminal, los que tenían que decidir eran los jueces”, dijo la documentalista.
Finalmente, a la 1:30 p.m. del domingo, las autoridades firmaron el documento de su deportación y a las 5:30 p.m. Mello abordó un vuelo hacia San Salvador. “Cuando llegué a mi asiento, empecé a llorar mucho de alivio, que yo estaba viva y que estaba libre”, dijo la documentalista. Las autoridades nicaragüenses le prohibieron volver a ingresar a nuestro país, imponiéndole una restricción migratoria.
Este es el segundo caso en el que una ciudadana brasileña es víctima de la represión policial en Nicaragua. El pasado mes de julio la estudiante de medicina Gabriela Reynéia Lima fue asesinada por un paramilitar orteguista, que ha tenido un juicio secreto y con grandes ventajas. Brasil no se ha pronunciado sobre este último caso que involucró a Emilia Mello.
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