Las mujeres periodistas nicaragüenses han sido objeto de al menos 730 agresiones entre 2018 y 2025, de acuerdo con el más reciente informe de la Fundación para la Libertad de Expresión y Democracia (FLED).
«El 59,3 % de las agresiones proviene directamente del aparato estatal, evidenciando que el Estado de Nicaragua no falla solamente en proteger, sino que opera como principal perpetrador. Las cifras revelan un patrón sistemático con un 73.8 % de las agresiones clasificadas de alta gravedad, confirmando una estrategia de destrucción integral antes que de mera advertencia», dice el resumen ejecutivo del documento titulado «Estado situacional, mujeres periodistas nicaragüenses».
En el detalle, reflejan que casi la mitad de estas agresiones se produjeron en el año 2018, que definieron como «explosión represiva» al documentar 318 violaciones discriminadas así: 67 detenciones arbitrarias, 64 casos de violencia física directa, 57 registros de censura inmediata y 57 violaciones por discriminación, es decir, ataques específicos por ser mujeres periodistas.
Aunque entre 2019 y 2020 hubo una disminución con 57 y 71 violaciones respectivamente, en 2021 volvieron a dispararse hasta llegar a 196 que se dieron en el marco de las elecciones presidenciales fraudulentas. Hubo citaciones por parte de la Fiscalía a 59 periodistas relacionadas con la criminalización a la Fundación Violeta Barrios de Chamorro y nuevas detenciones.
Entre 2022 y 2025, años que definieron como la «represión residual», hubo un descenso más pronunciado con 40 violaciones (2022), 27 (2023), 17 (2204) y 5 (2025), en un país donde se silenció a la prensa independiente, 293 periodistas se vieron forzados al exilio, entre ellas 106 mujeres que se dedican a esta profesión.
El caso de Fabiola Tercero
La FLED citó como particularmente grave el caso de la periodista Fabiola Tercero contra quien hubo amenazas y hostigamiento desde 2018 por su labor periodística, hasta su detención en 2024 y su desaparición forzada.
«Su desaparición forzada no es un hecho aislado sino un mensaje calculado de terror. Mientras otros casos de periodistas encarcelados o exiliados reciben atención internacional -aunque insuficiente- el caso de Fabiola enfrenta una doble invisibilidad: primero por el Estado que la borra fisícamente, luego por un sistema internacional que no logra colocar o mantener su caso en la agenda pública».
El régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo presentó a Tercero a inicios de este mes en la casa de su madre para negar su desaparición forzada, algo que cuestionaron organizaciones defensoras de derechos humanos y del periodismo libre.
La Fundación analiza que la disminución de los casos, además refleja que hay pocas denuncias, el exilio forzado de las periodistas y muchas de las que se quedaron dentro de Nicaragua se desvincularon del ejercicio de la profesión.
Cuáles fueron los principales patrones de violencia
Al resumir los patrones de violencia, las vulneraciones a la vida e integridad personal fueron las de mayor recurrencia con 220 de ellas, seguidas por las de libertad personal y seguridad (147), violaciones a la libertad de expresión (127) y violaciones por discriminación contra la mujer (85 casos). Estos últimos tuvieron dos picos, el primero en 2018 con 57 casos y en el año 2021 al registrarse 27, lo que la FLED dijo «evidencia un componente misógino de la represión».
Sobre las principales vulneraciones destacaron que 81 de ellas ocurrieron como violencia verbal, escrita y digital que constituyó una «campaña coordinada de desprestigio que busca deshumanizar a las periodistas antes que atacarlas». Esto a su vez pone en tensión a las periodistas dentro del país que viven en alerta permanente ante la posibilidad de que las agresiones digitales se transformen en ataque físico.
Mencionaron la detención de Lucía Pineda Ubau, a quien sometieron a siete interrogatorios durante 72 horas mientras duró su detención, además de privarla de acceso adecuado a alimentos y cama, negarle atención médica, frazadas y visitas familiares.
También hablaron de la criminalización del periodismo que se tradujo en 18 casos de agresiones, ataques o golpizas, que escaló desde las amenazas, los ataques hasta la privación ilegítima de la libertad. Al igual hubo 11 casos de procesamiento judicial por la profesión, que de acuerdo con la FLED «hace imposible el ejercicio del periodismo dentro del país».
Periodista Nicaragua Investiga



































