Desde hace un par de semanas, tanto las cifras del Observatorio Ciudadano como las del Ministerio de Salud han mostrado una ligera baja en los casos de contagios por Covid-19 en relación a las presentadas entre los meses de mayo y junio.
De igual forma, el flujo de ingresos en los hospitales ha disminuido, contrario a los escenarios presentados en meses anteriores, en los cuales los centros hospitalarios se encontraban saturados ante la alta demanda de casos positivos.
El epidemiólogo Álvaro Ramírez, considera que esta disminución se debe a que la demanda en los servicios sanitarios ha cambiado, las personas ya no acuden a los hospitales y se tratan desde casa con médicos privados, lo que dificulta llevar un conteo.
El Dr. Ramírez reconoce esto como un silencio poblacional epidemiológico, en el cual las personas por miedo al estigma u otras razones, han dejado de reportar los casos dentro de sus hogares.
Sin embargo, el Dr. Carlos Hernández, experto en salud pública, considera que, aunque este silencio epidemiológico podría afectar los informes, la principal causa de esta baja en los contagios puede estarse presentando debido a la entrada de vacaciones en el sistema educativo, hubo una reducción en los cultos evangélicos producto de brotes en varias iglesias, y la disposición del uso de mascarillas en las instituciones públicas.
El salubrista considera que la epidemia se encuentra en un punto de dispersión, donde se están presentando menos casos en las ciudades, pero “los municipios periféricos se están viendo mayormente afectados”.
Percepción a la baja puede provocar repunte
El Dr. Hernández alerta que se puede estar generando una percepción muy engañosa de la reducción de casos, y que las personas podrían iniciar a flexibilizar las medidas, lo que provocaría un repunte de contagios en las próximas semanas.
Alerta que esas medidas que ayudaron a disminuir los casos, están iniciando a abandonarse, y que “los pastores evangélicos están volviendo a hacer sus cultos porque ven menos riesgos, están las actividades políticas por las celebraciones de julio, lo que se aproximará es un repunte en las próximas semanas mucho más grave que la de mayo y junio”.
A esto, se suma el próximo reingreso a las clases presenciales en las instituciones públicas del país, lo que no solo aumentará los riesgos dentro de las escuelas, sino que también incide en el uso del transporte público, los cuales volverán a verse aglomerados, volviéndolos así un foco de contagio.
El experto en salud pública alerta que no se deben flexibilizar las medidas aunque se presente una disminución en los casos de contagios, ya que esta “engañosa y peligrosa calama puede orientar a que la gente baje la guardia”.
En diversos países a nivel global, ya se ha presenciado como ante la disminución de casos las autoridades han decidido reactivar el país y al flexibilizar las medidas de protección se han presentado nuevos brotes epidemiológicos.
El salubrista recuerda que Nicaragua no ha llegado al pico máximo de la pandemia y que la cadena de contagio únicamente puede detenerse con las medidas de prevención, lo que no solo protegerá la vida propia sino también de las personas con las que se tiene contacto.
“Esta guerra contra el coronavirus no se gana en los hospitales, se gana en el territorio con prevención y control” declara.
Foto principal: Nicaragua Investiga
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