Las constantes amenazas y persecución de agentes policiales a Pablo Cuevas, defensor de la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH) lo llevaron a tomar la decisión de abandonar Nicaragua junto a su familia.
En el año 2021 Cuevas recibió tanto asedio que lo describe como uno de los peores años después del 2018, ya que recibía constantes visitas de personas de civil y agentes policiales quienes lo vigilaban perseguían y retenían por momentos cuando él se desplazaba de un lugar a otro.
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Pero no fue hasta el pasado 4 de marzo cuando se alertó, e inició a prepararse para salir del país. De acuerdo con lo relatado por Cuevas a Nicaragua Investiga, una persona le advirtió que existía una orden de captura en su contra y por lo tanto el 8 de marzo decidió irse al exilio.
«El 13 de marzo de este año la policía llegó a mi casa, y al no encontrarme le preguntó a los vecinos por mí. También me dijeron que fueron a la casa de mi suegro a hacer vigilancia y siguen merodeando donde yo vivía con mis familiares. Es evidente que había una acción represiva de por medio por parte del gobierno y no me quedaba otra opción. La verdad es que se puede hacer poco en el país», destacó.
Decidió fundar una nueva organización de derechos humanos
Actualmente Cuevas se encuentra en un lugar donde, por motivos de seguridad, no puede revelar, pero planea llegar a Costa Rica para empezar a trabajar de lleno con su organización en este país.
Luego de salir de Nicaragua Cuevas relata que recibió constantes llamadas de parte de otros exiliados que le informaron que necesitaban crear una nueva organización de derechos humanos que se enfocará en apoyarlos con sus trámites migratorios.
Así fue como Pablo Cuevas decidió fundar la Defensoría Nicaragüense de Derechos Humanos, que tiene como objetivo principal apoyar a algunos nicaragüenses que se encuentran alrededor del mundo, con sus estatus migratorios.
Las principales llamadas que recibió fueron desde Miami y Costa Rica. En la primera ciudad la organización ya está funcionando y hay iniciado los procesos para apoyar a algunas personas, mientras que en Costa Rica aún están pendientes del inicio. Cuevas no se animó a decir una fecha de inicio de funciones de esta organización en el país vecino debido a que no sabe cuando llegará a Costa Rica.
«Me han llamado gente de diferentes países pidiéndome ayuda con sus procesos migratorios, otros necesitan asistencia legal pero los abogados cobran demasiado caro. Nosotros lo que pretendemos hacer es tratar de apoyarlos con esos trámites o bien intentar conseguir los aranceles de los abogados sean más accesibles para las personas», dice Cuevas.
En Costa Rica se encuentran al menos dos organizaciones más de derechos humanos, dentro de ellos resalta el Colectivo Nicaragua Nunca Más.
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