La estrella estadounidense de la gimnasia artística Simone Biles realizó un primer entrenamiento oficial este jueves en la Arena Bercy de París, donde se la vio lista para su esperado regreso olímpico tras las complicaciones que padeció en los Juegos de Tokio-2020.
Junto a sus cuatro compañeras del equipo estadounidense, firmes candidatas al título colectivo, una Biles concentrada y en ocasiones sonriente realizó sin sobresaltos sus rutinas y ejecutó con precisión en el potro el Biles II, el complicado doble salto Yurchenko que ahora lleva su nombre.
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«Fue muy bueno», reconoció tras el entrenamiento la entrenadora de Biles, y parte del equipo técnico estadounidense, Cecile Landi, que afirmó que la gimnasta está «cada vez más cómoda» con este salto.
Biles, que tras los Juegos de Tokio estuvo dos años sin competir antes de su regreso triunfal en 2023, concluyó la sesión relajada y tomándose fotos con sus compañeras de equipo.
Con un maillot brillante y su característico moño alto, todos sus movimientos fueron seguidos con atención por las cámaras en la imponente Arena Bercy, por el momento sin público, pero que se prepara para recibir a partir del sábado, cuando arrancan las previas masculinas, una de las disciplinas fuertes de los Juegos.
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«Todo el equipo está muy ilusionado con empezar finalmente», explicó Landi. «Por fin estamos aquí. El estadio es bonito. Las chicas lo encuentran acogedor con esos asientos negros. Es un gran cambio respecto a Tokio y les encanta», agregó.
La competición comenzará para Biles el domingo, con la ronda clasificatoria, antes de que arranquen las finales femeninas a partir del martes, con la decisión por equipos.
– De regreso –
Considerada por muchos como la mejor gimnasta de la historia, con 23 títulos mundiales, Biles llega de nuevo a París como una de las grandes protagonistas de los Juegos, y gran favorita a ampliar un brillante palmarés olímpico que acumula cuatro oros, una plata y dos bronces.
Pero estos Juegos serán también los de su regreso tras la dura experiencia en Tokio en 2021, donde fue víctima de un fenómeno conocido como «twisties», que provoca que los gimnastas pierdan el sentido de la orientación cuando están en el aire.
Mermada por ellos, y ante la sorpresa general, Biles tuvo que renunciar a gran parte de pruebas y acabó marchándose de Japón con una plata por equipos y un bronce en la viga de equilibrio.
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Su contribución fue, sin embargo, más allá del tapiz al atraer la atención global hacia los desafíos de salud mental que enfrentan los atletas de élite.
Tras tomar distancia de la gimnasia, en una retirada que algunos pensaron definitiva, Biles quiso regresar al deporte de su vida. Pero con sus propias reglas.
«Nadie me obliga a hacerlo», contó la gimnasta sobre su decisión. «Me levanto todos los días y elijo trabajar en el gimnasio y rendir sólo para recordarme a mí misma que todavía puedo hacerlo… ése es mi porqué», agregó.