Tras once días de competiciones, este domingo acabaron las pruebas deportivas de los Juegos Paralímpicos de París, con China encabezando el medallero, horas antes de la ceremonia de clausura, en la que tendrá gran protagonismo la música electrónica francesa.
El iraní Ahmad Aminzadeh, en parahalterofilia, conquistó el último oro en juego en París-2024, donde China se confirmó como el gran dominador del deporte paralímpico.
El gigante asiático, que desde Atenas-2004 siempre acaba encabezando el medallero, cerró con 94 oros, 76 platas y 50 bronces para un total de 220 preseas, por las 124 obtenidas por Reino Unido (49-44-31) y las 105 de Estados Unidos (36-42-27).
La jornada dominical puso también en juego el título femenino en básquetbol en silla de ruedas, en las que las campeonas neerlandesas revalidaron la corona, ganando en la final a Estados Unidos (63-49).
Por la mañana se disputaron las pruebas del maratón, con sabor agridulce para España, que sumó su 40ª medalla con la plata de Alberto Sánchez, pero que sufrió la descalificación de Elena Congost, bronce inicialmente en T12 (deficientes visuales), prueba en la que la marroquí Fatima El Idrissi mejoró el récord del mundo en casi seis minutos.
Descalificación «surrealista» en el maratón
La española, que a sus 36 años volvía a competir tras su título paralímpico en Rio-2016, casi ocho años en los que tuvo cuatro hijos, fue descalificada por haber soltado la cuerda para ayudar a su guía a dos metros de la llegada.
«Me gustaría que todo el mundo sepa que no me han descalificado por hacer trampas, sino por ser persona y ayudar a mi guía (…) Me parece injusto y surrealista que además no haya nadie con quien poder razonar», criticó desconsolada Congost.
En T54 (carrera en silla de ruedas) hubo doblete suizo, para los favoritos Catherine Debrunner y Marcel Hug.
Tras completarse los diferentes maratones, en la Explanada de los Inválidos, París-2024 homenajeó a Rebecca Cheptegei, la atleta ugandesa que compitió en agosto en el maratón olímpico y que falleció esta semana en Kenia tras haber sido quemada por un individuo que la policía identificó como su pareja.
Todo ello horas antes de que al menos 24 DJ de varias generaciones de la ‘French Touch’, nombre con el que se conoce internacionalmente al género musical originado en Francia en los años 1980 y 1990, pongan el ambiente musical a la última fiesta en el Estadio de Francia, donde desfilarán unos 4.400 paradeportistas.
El país anfitrión ha sumado al éxito deportivo el éxito a nivel organizativo, tanto en los Juegos Olímpicos –un siglo después de haber albergado la cita por última vez– como de sus primeros Paralímpicos, en los que el público respondió y llenó en gran medida las sedes de las pruebas, dando un ambiente festivo alabado por los deportistas.
París-2024 «serán los Juegos (Paralímpicos) de referencia, en todos los aspectos», declaró este domingo en conferencia de prensa el presidente del Comité Paralímpico Internacional (CPI), el brasileño Andrew Parsons, que destacó que el evento fue «más competido que nunca».
Toma de conciencia
Desde el punto de vista mediático, 165 cadenas de televisión de todo el mundo han seguido el evento, un récord, como también se batió la marca de delegaciones participantes, con un total de 168, y del número de mujeres compitiendo, con casi 2.000 (1.983) prácticamente el doble de las que tomaron parte en Sídney-2000 (988).
El récord que no se batirá será el de entradas vendidas: en Londres-2012 se vendieron 2,7 millones, algo más que en París (algo más de 2,5 millones, según la organización), aunque el ambiente en los diferentes recintos ha sido festivo, tomando el relevo de los Juegos Olímpicos.
Falta por saber ahora si el paréntesis de los Juegos dejará un legado sólido en manera de toma de conciencia de los derechos de las personas con discapacidad, ya sea en materia de accesibilidad, de acceso al empleo o de la práctica deportiva.
«No hemos cambiado radicalmente a la sociedad, queda mucho por hacer aún», dijo antes de los Juegos Michael Jeremiasz, campeón de paratenis y jefe de misión de la delegación francesa. «Pero si no hubiésemos tenido estos Juegos, no habríamos ganado todo este tiempo. Nunca hubo tanta inversión, tanta concienciación».
«Mi trabajo se intensifica el 9 de septiembre, asegurándome que sea el inicio de una explosión de esta toma de conciencia», añadió.
Como ocurrió en la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos, el pebetero se apagará en el Jardín de Tullerías antes de la ceremonia de clausura, en la que la llama paralímpica se transmitirá a los responsables de Los Angeles, que organizarán la cita en 2028.