Detrás del retorno en 2007 de Daniel Ortega a la presidencia de Nicaragua -tras la derrota en las urnas del gobernante partido sandinista en 1990- hubo una figura clave: su hermano y compañero de lucha, Humberto Ortega.
Así consta en una recopilación titulada «Diez datos para entender el pacto Alemán-Ortega», escrito en 2019 por Fabián Medina para Magazine, una revista nicaragüense basada en el periodismo narrativo sobre temas históricos que han impactado a la nación centroamericana.
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Humberto Ortega, de 77 años, junto a su hermano Daniel, de 78 años, fue uno de los líderes de la insurrección que derrocó el gobierno de la familia Somoza (1937-1979). Tras el triunfo del sandinismo, Humberto fue el Jefe del Ejército y continuó en el cargo cinco años más durante el gobierno de Violeta Chamorro, hasta su retiro en 1995.
La investigación de Magazine documenta que fue Humberto Ortega quien logró establecer el puente que permitió un pacto entre el gobierno del entonces presidente Arnoldo Alemán y los sandinistas para que un mandatario pudiese resultar electo con sólo el 35 % de los votos.
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En Nicaragua se requería hasta ese momento al menos un 45 % de los votos para poder ganar en primera vuelta electoral, una valla alta para Ortega, cuya imagen y popularidad eran bajas debido a la guerra civil que lo llevó al poder en 1979 y a las fallas que muchos nicaragüenses achacaron a su primer mandato que concluyó en 1990.
¿Cómo Humberto Ortega consiguió llamar la atención de los liberales en el poder?
La investigación de Magazine arrojó que fue Humberto Ortega, ya siendo general retirado, quien a comienzos de 1998 coincidió en un vuelo a México con Jaime Morales Carazo, un liberal muy cercano al entonces presidente Arnoldo Alemán.
De acuerdo con Magazine, los liberales habían valorado la posibilidad de avanzar en «un entendimiento con los sandinistas que les permitiera gobernar sin esa oposición incendiaria que era el Frente Sandinista». Pero fue Humberto quien impulsó la posibilidad.
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«Por qué no se busca un entendimiento para evitar todas estas fricciones y todas estas cosas, donde ninguna de las dos partes se machuque los callos», propuso Humberto Ortega a a Morales Carazo en la conversación informal durante el vuelo a México.
Fue así que a su regreso a Managua, Morales Carazo le propuso al entonces presidente Alemán que se acercara a los sandinistas liderados por Daniel Ortega. Esta no fue la única vez que Humberto Ortega contactó con los liberales. Tiempo después se reunió nuevamente con Morales Carazo en una suite del hotel Camino Real, en México, y luego coincidieron en la casa de un abogado en Managua.
La reunión de Daniel Ortega y Arnoldo Alemán
Tras los encuentros entre Humberto Ortega y los liberales cercanos al presidente Arnoldo Alemán, se acordó lo que Humberto Ortega denominó «un tope», en alusión a lo que se convirtió en una reunión entre Daniel Ortega y Alemán, en su residencia de Casa Colorada.
Más tarde continuaron las reuniones entre ambos políticos pero Humberto no apareció en ninguna de ellas, ni participó luego en el equipo negociador.
– «¿Qué pasó?», contó luego Morales Carazo que le preguntó a Alemán sobre la desaparición de Humberto en las reuniones.
– «Ni preguntamos y quedó así. Supongo que como ya estaba Daniel en la jugada, Humberto se salía», cuenta que le respondió Alemán.
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Sin Humberto Ortega, el 28 de agosto de 1998 se instaló el llamado “Diálogo Político”, donde se reunieron delegaciones de nueve de los doce partidos con representación parlamentaria en ese momento, con el propósito de discutir y consensuar las leyes y reformas que necesitaba el país para su desarrollo, de acuerdo con la investigación de Magazine.
Con ello quedaron atrás tres derrotas electorales consecutivas del sandinismo liderado por Daniel Ortega: las de 1990, 1996 y 2001, en las que ganaron Violeta Barrios de Chamorro, Arnoldo Alemán y Enrique Bolaños, respectivamente.
En 2007 Daniel Ortega ganó las elecciones y desde entonces se ha mantenido al frente del país. Su hermano Humberto Ortega no volvió a tener protagonismo ni cargo público. Desde el 2007 sus compañeros de fórmula fueron excombatientes y su esposa, la actual vicepresidenta Rosario Murillo.
Lo que sabemos: ¿qué pasó con Humberto Ortega?
Si bien Humberto Ortega acompañó a su hermano Daniel en todas las batallas durante la guerra de guerrillas que puso fin al poder de Anastasio Somoza a fines de la década de 1970, su suerte ha ido cambiando desde entonces.
El giro más radical se conoció el 20 de mayo pasado, cuando la policía nicaragüense admitió que lo tenía bajo resguardo en su casa, argumentando que la vigilancia estaba relacionada con sus problemas de salud.
Sin embargo, el operativo de vigilancia se produjo un día después de una entrevista exclusiva con el medio Infobae, el 19 de mayo, en la que Humberto Ortega dijo que Daniel no tiene sucesores para relevarlo cuando muera, y que habrá que convocar a elecciones con apoyo del Ejército para evitar “un vacío de poder” y “un caos” en el país.
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«Daniel Ortega tiene 78 años. ¿Su muerte podría crear un vacío de poder en Nicaragua o usted ve activándose la sucesión dinástica?», le preguntó el periodista de Infobae.
– «Cuando hay un poder de tipo autoritario, dictatorial como el actual, que depende muchísimo de la figura de un líder que ejerce la Presidencia, ante la ausencia de este, es muy difícil que haya una continuidad del grupo de poder inmediato. No quiero mencionar a nadie en particular. Sin Daniel no hay nadie», respondió Humberto Ortega.
Humberto dijo incluso que ni siquiera el último de los Somoza pudo establecer a su hijo como su sucesor.
A fines del pasado mes de mayo, Daniel Ortega llamó “traidor” a su hermano Humberto -después que quedó bajo “vigilancia médica” en su casa, por haber condecorado al agregado militar de Estados Unidos en Managua en 1992.
“Él le vendió su alma al diablo”, dijo Ortega en un acto a fines de mayo pasado, ante decenas de militares y policías, en la primera alusión pública a su hermano desde que comenzó la polémica ese mismo mes con la entrevista que concedió Humberto a Infobae.
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Daniel no mencionó su nombre en el acto pero dijo que “el entonces jefe del Ejército” condecoró en enero de 1992 al agregado militar de Estados Unidos, Dennis Quinn, con la medalla Camilo Ortega, lo que calificó como una “vergüenza” y una “traición al pueblo y la patria”.
Camilo Ortega fue el menor de los tres hermanos y también guerrillero, quien murió en combate durante la insurrección final de los sandinistas contra Somoza en 1978. El ejército sandinista, dirigido por Humberto, creó la medalla en su honor tras la caída de Somoza un año más tarde.
Las elecciones de 1990, el primer momento de quiebre
El sociólogo Óscar René Vargas, fundador del Frente Sandinista y hoy crítico a Daniel Ortega, dijo a la Voz de América que la «fisura» entre los hermanos comenzó «a raíz de las elecciones de 1990».
«Cada uno comenzó a correr caminos paralelos, diferentes. Ahí comenzaron las primeras diferencias entre ellos», aseguró Vargas a la VOA.
Tras su retiro en 1995, Humberto salió del gobierno pero no del foco público. A partir de ese momento fungió como analista sobre conflictos mundiales y nacionales y las discrepancias entre los hermanos no cesaron.
El fallecimiento de su madre Lidia Saavedra, en mayo de 2005, fue incluso motivo de conflicto. Humberto quería sepultar a su madre en un cementerio privado, algo a lo que no accedió Daniel, quien determinó que la madre de ambos fuera sepultada en el Cementerio General de Managua, un sitio público.
Rafael Solís, exguerrillero del Frente Sandinista y antiguo magistrado de la Corte Suprema de Justicia de Nicaragua, aseguró a la VOA que el distanciamiento entre los hermanos Ortega se agravó por la influencia de la esposa de Daniel y vicepresidenta Rosario Murillo. Solís considera que Murillo se perfila como la «heredera del poder».
De acuerdo con Solís, Murillo teme que Daniel emule al fallecido líder cubano Fidel Castro, quien dejó como su reemplazo a su hermano Raúl Castro, cuando se enfermó en 2006.
«[Rosario] Murillo se ve como la heredera, y no nadie más (…) Cree que tiene derecho a tener una cuota de poder», afirmó Solís.
Humberto fue crítico del gobierno de su hermano durante las protestas del año 2018 que dejaron más de 300 muertos y organismos de derechos humanos han documentado hechos de represión contra los manifestantes.
La poetiza nicaragüense Gioconda Belli, quien conoció de cerca a los Ortega, dijo a la VOA que las declaraciones de Humberto y la reacción de su hermano Daniel Ortega mostraron «una gran debilidad y temor a la crítica».
«Lo que está en cuestión es que si Rosario Murillo será la sucesora de Daniel Ortega, y por la reacción que tuvieron cuando Humberto Ortega no la mencionó como sucesora en Infobae, me parece un gran síntoma de debilidad», señaló Belli.
La VOA solicitó comentarios a Humberto Ortega, pero no obtuvo respuesta hasta el momento de esta publicación.
En este contexto, Dora María Téllez, exguerrillera nicaragüense y disidente sandinista cree que el futuro del exjefe del Ejército está en peligro.
“Creo que los Ortega Murillo han sabido bien que cuando someten a personas mayores, como Humberto, de 77 años, a condiciones carcelarias de estrés y asedio, los resultados pueden ser catastróficos. La vida de Humberto está en peligro», advirtió Téllez.
Actualmente Humberto Ortega sigue bajo resguardo policial en su residencia en Managua y desconectado de todo tipo de comunicación, según reportes de medios locales.