El dictador Daniel Ortega subió de tono este lunes 26 de agosto contra el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, diciendo que es “arrastrado” y que se acuerde de los “escándalos” que se registraron en su gobierno y que le puede mencionar una “docena de cosas más”.
El dictador también reveló por qué no le contestó la llamada telefónica a Lula para interceder por el obispo Rolando Álvarez, quien estaba encarcelado en ese momento en la cárcel “La Modelo” por órdenes del régimen sandinista.
Ortega arremetió contra el presidente brasileño, quien ha sugerido que se repitan las elecciones en Venezuela, en su extensa intervención en la XI Cumbre Virtual Extraordinaria de Jefes de Estado del ALBA-TCP, donde participan jefes de Estados izquierdistas.
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“Estoy convencido que el pueblo latinoamericano en su inmensa mayoría, los campesinos, los trabajadores, la juventud está con Nicolás Maduro, está con la revolución bolivariana. Pero gobiernos serviles, traidores, arrastrados, gobiernos que se han presentado como muy progresistas y revolucionarios, hay que repetir las elecciones dicen. Lo dice Brasil, Lula”, señaló Ortega.
«No necesitamos intermediarios»
Por consiguiente Ortega explicó que Lula fue a visitar al papa Francisco y después llamaron de la cancillería brasileña para manifestar que Lula quería hablar con él, que tenía un mensaje del pontífice.
“Primero, si el papa es un Estado, que está claramente a favor del imperio, quiere comunicarse con nosotros, lo puede hacer. Continuamente nos comunicamos con ellos, con el canciller (Pietro) Parolin, ya varias pláticas hemos tenido con él y se le habla con toda claridad, y Parolin nos escucha”, dijo Ortega.
“No necesitamos intermediarios nosotros, ni le pedimos a Lula que fuera intermediario. No le respondimos a Lula y él se molestó”.
Lula reveló el pasado 22 de julio que Ortega no le atiende el teléfono desde que el papa le pidió que intercediera por la situación de Álvarez, ahora desterrado al Vaticano junto a otros 18 religiosos.
“Conversé con el papa y él me pidió que conversara con Ortega sobre un obispo que estaba preso”, dijo Lula en una entrevista con corresponsales extranjeros. “Lo concreto es que Ortega no me atendió el teléfono y no quiso hablar conmigo. Entonces, nunca más hablé con él”, agregó.
Ortega amenaza a Lula
Ortega manifestó después que Lula fue a una entrevista y el periodista le preguntó por qué el dictador que fue revolucionario se ha convertido en otro Somoza. “Él responde: efectivamente él ya no es lo que fue antes, ahora es otro dictador”.
“¿Qué te podría decir Lula, ya que vos has hablado esto públicamente? ¿Vos cuántos periodos llevás de gobierno? Llevas dos periodos de gobierno. Es decir, parece que te gusta ser presidente y esa gran presidencia de ese gran país que es Brasil, querés convertirte en representante de los yanquis en América Latina. Por eso rompimos relaciones con Brasil”, atacó Ortega.
Lula da Silva decidió expulsar al embajador de la dictadura Ortega-Murillo en Nicaragua aplicando el “principio de la reciprocidad” frente a una medida que consideró “injustificada”, luego que la administración de Managua expulsó al embajador brasileño Breno de Souza Brasil Dias da Costa.
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“La forma en la que te has comportado, Lula, ante la victoria del presidente legítimo de Venezuela, es una forma vergonzosa… repitiendo las consignas de los yanquis, de los europeos, de los arrastrados gobiernos de América Latina, te estás arrastrando también Lula, y no me digas que tus gestiones fueron extraordinaria, pero recordá también los alborotos, los escándalos, recordarte bien de todo eso”, tachó Ortega.
“Aparentemente no fueron gobiernos muy claros, muy limpios. Acordate Lula y te podría mencionar una docena de cosas más, si querés que te respete, respétame a mí primero, Lula. Si querés que te respete el pueblo bolivariano, respetá la victoria del presidente Nicolás Maduro y no andés ahí de arrastrado”, mencionó Ortega.
Esto confirma que las relaciones entre Managua y Brasil están rotas y cada vez más el régimen sandinista se aísla de la comunidad internacional, la cual ha repudiado su gestión y ha condenado la matanza que dejó más de 355 asesinado en 2018, miles de heridos y centenares de exiliados.