El canciller de la dictadura, Valdrack Jaentschke Whitaker, solicitó a la Corte Centroamericana de Justicia (CCJ) una “opinión consultiva” sobre la negativa del Sistema Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) de convocar sesión para elegir al nuevo secretario general, que le corresponde a Nicaragua, pero que no lo ha logrado recuperar tras los cabildeos de la oposición.
Jaentschke se presentó a las oficinas del órgano judicial principal SICA, este martes 10 de diciembre, y entregó la solicitud a Tania Montiel, secretaria general interina de la CCJ.
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Jaentschke estuvo acompañado por Iván Lara, vicecanciller de Nicaragua.
La dictadura manifestó en un comunicado que interpusieron consulta sobre las consecuencias jurídicas del no cumplimiento de la opinión consultiva obligatoria del 9 de septiembre de 2021 y mantener al SICA en estado de acefalía por la falta de elección de un Secretario General a partir de las propuestas presentadas por Nicaragua.
Dictadura no logra recuperar secretaría del SICA
El régimen Ortega-Murillo no ha logrado recuperar la secretaría del SICA desde la renuncia inesperada de Werner Vargas, el 15 de noviembre de 2023. Ha intentado colocar a varios funcionarios pero no lo ha logrado; su último intento fue la propuesta del ex canciller Denis Moncada.
Días atrás, la dictadura respondió con furia a la negativa de los países miembros del SICA —Guatemala, Costa Rica, República Dominicana y Panamá— de aceptar a Moncada, declarando que consideran una “actitud insolente e irrespetuosa” y los acusó de estar al servicio de “intereses extrarregionales”.
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El pronunciamiento del régimen, acusó a Guatemala, Costa Rica, República Dominicana y Panamá de “violar” la soberanía de Nicaragua y actuar como agentes de potencias extranjeras.
“Negar el derecho de Nicaragua a ocupar el espacio que nos corresponde en la Secretaría General del SICA es injerencismo, y es negar al SICA mismo y condenarlo a su paulatina extinción”, se lee en el comunicado. El régimen también lanzó una crítica indirecta a las dinámicas internas del SICA, aludiendo a “rasgos impropios” que, según ellos, van en contra de las culturas fraternales de la región.