Daniel Ortega reapareció públicamente después de un mes sin que se supiera absolutamente nada de él. El mandatario dio un discurso a la nación en donde habló de las «fortalezas» del sistema de salud ante el COVID19, las bombas atómicas de las potencias mundiales y la importancia de refundar Naciones Unidas, pero no dijo una sola palabra sobre el fallecido diputado Jacinto Suárez.
Ortega y Suárez compartieron celda durante la dictadura de Somoza y desde entonces mantenían una amistad fraterna. Hay quienes dicen que Suárez era «del círculo cercano» de la pareja presidencial, sin embargo el mandatario no asistió a las honras fúnebres de su amigo y tampoco lo mencionó en su discurso este 15 de abril. Ni siquiera emitió antes un comunicado, a pesar que en sus medios el sandinismo lo describió como «un militante leal hasta el fin».
El diputado sandinista Luis Barbosa considera que Ortega no tenía porqué pronunciarse sobre el fallecimiento del exdiputado Suárez porque su discurso era más un «mensaje a la nación (…) yo creo que las cosas hay que ponerlas en su contexto y en su momento», dijo.
Barbosa admite que «la relación del comandante con Jacinto era de hermanos. Compartieron cárcel, compartieron muchas cosas y siguieron trabajando juntos» y recuerda que fue por iniciativa del mismo Ortega que se entregó la orden Augusto C. Sandino, General de Hombres y Mujeres Libres, en su Grado Máximo «Batalla de San Jacinto», la cual fue recibida por la viuda de Suárez, Gilma Perezcassar.
Mensaje de abandono
Para algunos disidentes sandinistas como Victor Hugo Tinoco, esta orden no fue suficiente para que Ortega reconociera al que consideraban un personaje icónico dentro de su partido y según él, esto deja en evidencia que «Ortega no tiene amigos», ni siquiera dentro del partido de gobierno porque lo único que le interesa es «su dictadura dinástica» en donde solamente importan él, Rosario Murillo y sus hijos.
«Jacinto Suárez o cualquier otro no tienen ninguna importancia para él» comenta Tinoco y aconseja a los seguidores de Ortega que «abran los ojos» para que se den cuenta que el mandatario solamente está detrás de sus propios intereses que es permanecer en el poder y que su esposa e hijos sean sus sucesores, pero nada más, afirmó.
De igual manera opina la ex combatiente sandinista Dora María Téllez. «Ortega ni fue a la vela, ni al entierro ni fue a los funerales de uno de sus mejores amigos de años» dice la exguerrillera y señala que si a Ortega la faltó empatía con uno de sus mejores amigos, no puede sentir nada por los militantes sandinistas que lo siguen de manera incondicional y él ni siquiera conoce.
🔵⚠▶ Si Ortega no asistió ni se pronunció sobre la muerte de uno de sus mejores amigos de años Jacinto Suárez, ¿porqué va a tener empatía con seguidores de él que ni conoce?, Dice Dora María Téllez. Entrevista de @hawrence_ para #nicaraguainvestiga pic.twitter.com/ejgAV1N9Bg
— Nicaragua Investiga (@nicaraguainvest) April 16, 2020
Para Téllez, la falta de preocupación de Ortega por sus seguidores se puede notar en la falta de empleo de muchos de sus simpatizantes y la falta de respuesta ante las demás afectaciones ocasionada por la crisis sanitaria.
Con esto, Ortega le habría dado un mensaje no solo a los simpatizantes sandinistas si no que a todos los nicaragüenses de que ninguna de las instituciones que controla velará por el bien de todos los ciudadanos, ni ante la pandemia del COVID19 y menos ante la crisis económica, «porque él y su familia están protegidos. Tienen sus médicos, sus respiradores, para la familia Ortega – Murillo», enfatizó Dora María Téllez.
Foto principal: Canal 13
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