El 19 de mayo de 2024 Humberto Ortega fue puesto bajo arresto domiciliar por órdenes de su hermano Daniel Ortega y su cuñada Rosario Murillo. Cuatro meses después estaba muerto.
Todo ocurrió tras una entrevista que molestó a los dictadores en la que el general en retiro expresó al medio argentino Infobae sus dudas sobre la capacidad de Murillo y su hijos de suceder a Daniel Ortega una vez que este fallezca, y además, dejaba entreabierta la posibilidad de que el Ejército actuara para pacificar al país.
La pareja de Humberto Ortega, Angélica Patricia Chavarría Altamirano, fue llevada por los policías con rumbo desconocido y hasta hoy, un año después, se desconoce su paradero. El pasado enero, la CIDH le otorgó medidas cautelares.
«Las autoridades estatales no habrían brindado información oficial sobre su paradero ni sobre su estado actual», indica el documento.
La CIDH señala que tras la muerte de Humberto Ortega, «los familiares no han podido dar con su paradero o destino en Nicaragua».
El pasado 20 de mayo la CIDH elevó el caso a la Corte IDH y solicitó que extienda medidas provisionales en favor de Chavarría por considerar que hay riesgo contra su integridad física y su vida, y ante la negativa de la dictadura de atender diferentes peticiones de información.
Confiscados y aplastados
La CIDH informó que a parte de su desaparición forzada los bienes de Chavarría y su pareja habrían sido confiscados poro la dictadura y sus familiares recibieron restricciones migratorias, por lo que no les permiten ingresar al país.
Otra cosa que se supo es que al parecer, los dictadores habrían prohibido a la familia de Humberto Ortega realizar unas honras fúnebres públicas y referirse a la muerte de este en redes sociales.
Venganza fatal
Murillo se fue con todo en contra de Humberto Ortega, quien logró burlar la seguridad policial y enviar un mensaje de audio al medio Confidencial y denunciar que su pareja, quien le asistía debido a la parálisis que sufría en sus brazos, había sido arrestada.
«Mi hogar y unidad de transmisión han sido invadidas y clausuradas por decenas de unidades y tropas especiales de la Policía Nacional con armas de guerra», denunció en este entonces el hermano de Ortega, quien pidió al medio que solo publicaran en caso de su fallecimiento.
En ese mismo audio Humberto Ortega denunció que se le impedía su tratamiento médico en el Hospital Vivían Pellas, donde llevaba sus controles, lo que se cree, que sumado al estrés, desencadenó su muerte prematura. Lo cual fue advertido por Humberto, que le pedía a su hermano que reconsiderara su apresamiento ante el riego de que pudiera tener «un desenlace fatal».
En un acto público organizado por Murillo, Daniel Ortega llamó a su hermano «traidor a la patria» y le acusó de haber «vendido su alma al diablo».
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