Defenestrado por sus padres, ahora vuelve a la música. En un giro de 180 grados Juan Carlos Ortega Murillo pasó de ser el jefe de la propaganda sandinista a repostear cuentas oficiales en X de Nintendo, de las dudas que le consultan a la Real Academia Española o cuentas de Anime. Defenestrado por la pareja presidencial, su hermano Daniel Edmundo lo reemplazó al frente del aparataje comunicacional de la dictadura y por, si fuese poco, su esposa Xiomara Blandino tampoco figura ya al frente de Nicaragua Emprende.
Su último post político en el último mes corresponde al pasado 3 de septiembre cuando inquiere a Estados Unidos. “Cree que su imperio será eterno. Quiere de nosotros ser completo dueño. Pero no; Nuestra bandera ya se izó y proclamó Liberación”, escribió. Pero lo hizo al compartir una canción Liberación de Claustro de Espera.
El anterior muchos meses atrás fue un repost al canciller cubano en el que el funcionario del régimen castrista criticaba al secretario de Estado de EEUU, Marco Rubio.
En Instagram compartió historias en las que invita al Festival Nacional de Rock Estelí 2025, en el que se presentará la banda Ciclo, la misma que él fundó en la década de 1990.
Un año después de que Daniel Ortega y Murillo volvieron al poder, en 2008 compró el canal 8 para convertirlo con el paso de los años en un aparato de propaganda del régimen. Pero extrañamente, ahora canal 8 está en manos de Daniel Edmundo.
Dictadura borra el nombre de Xiomara Blandino del Nicaragua Emprende 2025
Qué pasó con Xiomara Blandino
Mientras que a su esposa desde 2018, Xiomara Blandino, la sacaron de la plataforma de impulso al emprendimiento Nicaragua Emprende, a uno de los otrora hijos predilectos de Ortega y Murillo lo han ido desdibujando.
Pasó de ser el todopoderoso comunicador de la dictadura a invitar con guitarra en mano al festival de Rock de Estelí, al ser la música una de sus aficiones desde pequeño. Aparece sonriente y apenas dedica las palabras a la invitación, mientras dos miembros más de Ciclo ensayan, uno con la guitarra eléctrica y otro en la batería.
Sus últimos posts en el feed de Instagram son de mediados de este 2025. En uno de ellos junto a su hijo con Blandino, a quien lleva en brazos, mientras en otro aparece solo el pequeño. Un comentario de Xiomara en el que expresa emoción por su primogénito es solo uno de los dos textos que lleva la imagen.
De amar la música a perseguir a artistas
Su afición musical no solo era por el tener una banda. Con todo el poder que acumuló al amparo de la familia presidencial, en 2023, según una investigación de Divergentes, Juan Carlos le pasó factura a las bandas que anteriormente patrocinó después de la crisis de 2018, tras el respaldo de figuras de la escena artística a los nicaragüenses y sobre todo por estar en contra de la represión que dejó centenares de muertos y miles de encarcelados.
“La decisión de perseguirnos para expulsarnos no la tomó él, porque eso es una decisión que tomaron sus padres, pero quién dirigió los ataques fue él, porque Juan Carlos nos conoce a todos”, comentó a Divergentes un músico que sufrió la persecución tras un concierto homenaje por los 15 años de la banda de rock Monroy & Sumernage.
La cacería incluyó el arresto de los productores del concierto en el que participaron 11 bandas, el hostigamiento contra otros músicos presentes y la deportación de dos artistas, una de Italia y otro de Costa Rica, que participaron en el homenaje.
Sus excesos llegan, según este reporte, a usar Ciclo para dar conciertos gratuitos, hacer giras por países alineados o aliados del sandinismo, pero todo con recursos del Estado.
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Vuelve a sus inicios, tras pagar alto precio
Pero ahora, que la dictadura lo defenestró vuelve a retomar el hilo musical. Su proyecto desde adolescente, en el que comenzó con sus hermanos Laureano y Daniel Edmundo, vuelve a ser en este momento su única faceta pública. Quizá tratando de revivir aquellas épocas en las que no había excesos sino el simple deseo de hacerse famoso con los acordes de una guitarra y no por la represión, persecución y encarcelamiento de los que fueron sus antiguos compañeros de la escena musical.
Ahora, con el estigma de haberlos encarcelado y perseguido por no compartir las ideas de una dictadura que se come a sus hijos y él es un ejemplo vivo de ello. Fuentes extraoficiales dicen que tanto Juan Carlos como Xiomara salieron del círculo íntimo de la dictadura por un desencuentro familiar que pagan caro.
Su faceta represora lo alejó de uno de sus más queridos amigos, Joaquín Vargas, uno de los miembros fundadores de Ciclo, se alejó de él. El motivo fue la persecución contra el padre del productor, el analista político Oscar René Vargas, a quien encarcelaron y posteriormente desterraron del país.
Mientras que su ascenso político lo llevó al más alto perfil, su devenir en brazo represor fue estrechando su círculo más cercano. Y ahora mientras el sol brilla para sus hermanos Daniel Edmundo y Camila, que representan al sandinismo en la escena internacional, junto con Laureano, Juan Carlos vuelve a la guitarra, al rock, pero con menos amigos y el rechazo popular por su papel de juez y verdugo.
Periodista Nicaragua Investiga
