Los presos políticos atraviesan una dura presión por medio de tratos crueles y chantaje psicológico dentro de las cárceles de Nicaragua. Pero no solo eso, sino que el gobierno de Daniel Ortega se burló de algunas familias de los reos en el mes de diciembre, cuando se había conocido de la libertad de algunos ellos y no fueron liberados.
Así fue el caso de los familiares de la presa política Esperanza Sánchez, quien fue apresada el 26 de enero y acusada de puesto tráfico de drogas. La casa estaba arreglada desde horas tempranas para recibirla de forma especial, pero no llegó a su hogar, ubicado en el departamento de Matagalpa.
La familia la estuvo esperando porque le informaron que ella sería liberada bajo el beneficio de convivencia familiar. «Pero en el penal lo que hicieron fue moverla de la celda a la dirección, y después la regresaron nuevamente a la celda», dijo vía telefónica José Sánchez García, hermano de Esperanza Sánchez, de 51 años de edad.
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José Sánchez asegura que la familia la esperó cada momento desde el 21 de diciembre con la confianza que llegara su hermana para abrazar a sus seres queridos. «La esperamos para Navidad, la esperamos para fin de año pero fue pura frustración al final de cuentas«, lamentó.
Para la familia de Sánchez fue desalentador haber preparado la bienvenida, pues un contingente de oficiales llegaron a asediar la casa.
Jhon Cerna no recibió el abrazo de su madre
Desde que el joven estudiante Jhon Cerna fue removido a una celda de máxima seguridad, la restricciones han sido duras para él. Solamente se le permite una visita al mes que dura aproximadamente 25 minutos por medio de un vidrio que «normalmente está siendo grabada», denunció Alba Sarahí Cerna, hermana del reo político.
El 24 de diciembre se le permitió a Cerna recibir una comida especial por la fecha. Al día siguiente recibió una corta visita familiar. Pero esto fue duro para su familia porque no pudieron darle un abrazo a como lo esperaban: «ni tan siquiera lo podés ver en una visita especial», dijo con suma tristeza su hermana.
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Sarahí Cerna comenta que la madre de Jhon se encuentra muy deprimida por la situación que vive su hijo dentro de la cárcel. «Un hijo enfermo y un hijo preso es lo peor que le puede pasar a una madre», lamenta.
Chantaje sicológico dentro del penal
El hostigamiento y chantaje sicológico es constante para Jhon Cerna dentro de la cárcel. Cada visita que recibe por parte de su madre –comenta su hermana– es monitoreado por la policía al punto que es fotografiada la señora y luego los oficiales se la muestran al preso político.
«Lo más grave es que le toman fotos y después se la enseñan a él. Le dicen que saben donde vive y de que trabaja» su mamá, denunció Sarahí Cerna, quien sostiene sienten impotencia «de no poder hacer nada con todo lo que le pasa a John ahí adentro».
Hasta la fecha la Unidad de Presos Políticos contabiliza más de 100 manifestantes arrestados por su postura crítica al régimen de Daniel Ortega.
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