“Era el que me había torturado a mí y a otros compañeros y a centenares de nicaragüenses nos había torturado durante años”. Estas palabras bien podrían ser de cualquiera de los presos políticos que desde el 2018 han sufrido todo tipo de vejámenes a manos de policías y civiles leales a Daniel Ortega. Pero no, son palabras que el mismo Ortega dijo el 2 de marzo del 2009 al periodista británico David Frost, cuando confesó que en 1967 había participado en el asesinato del sargento Gonzalo Lacayo, un torturador de la dictadura somocista.
Aunque, hoy Daniel Ortega está catalogado por organismos de derechos humanos como la cabeza de un brutal esquema represivo responsable de crímenes de lesa humanidad, en su juventud también sufrió estos mismos vejámenes. La diferencia es que en esos tiempos él era un asalta bancos y como miembro de la guerrilla comunista Frente Sandinista, buscaba derrocar a los Somoza por la vía armada.
Magazine recoge en un reportaje que por ese crimen, el 4 de noviembre de ese año la Guardia Nacional capturó en el barrio Monseñor Lezcano a Casimiro Sotelo, a Roberto Amaya, a Edmundo Pérez y a Hugo Medina. Aunque solo los últimos dos habían participado, todos fueron asesinados a la orilla del lago de Managua.
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Durante la ola represiva desatada por el somocismo, muchos cayeron presos. Ortega estaba escondido en una casa de Monseñor Lezcano, pero fue capturado hasta el día 18 de ese mes en la casa de Harold Solano, cerca del mercado Bóer. De acuerdo a Magazine, cuando los dos hombres, ya esposados, iban a ser montados al vehículo, uno de ellos gritó: “¡Soy Daniel Ortega, miembro del Frente Sandinista!”.
Solano y Ortega fueron traslados a la Oficina de Seguridad Nacional (OSN), donde fueron interrogatorios y sometidos a brutales torturas. El teniente Agustín Torres López incluso le pegó una patada en la sien derecha a Ortega y hasta fueron obligados a comerse uno el vómito del otro.
“Fue una semana de tortura física extrema. En un punto nos pusieron capucha para que no pudiéramos ver quién nos torturaba, luego era el hostigamiento psicológico. Volví a ver a Daniel cinco días después. Estaba desfigurado, era un monstruo”, narró a Magazine Harold Solano.
Es que realmente la tortura había sido brutal en extremo. Ortega manifestó que casi pierde la vista y que durante las sesiones de tortura le habían reventado a golpes los ojos, la ceja y la sien.
También señaló que cuando se recuperaba, los torturadores llegaban como una picana eléctrica a darle choques en las heridas. Le tocó estar en celdas de castigo, donde no podía estar parado sino acostado. “Estabas esposado, sin comida, solo te pasaban agua para que no te murieras”, manifestó Ortega, según un trabajo de Helena Ramos, del semanario Siete Días. Ortega dijo que a los pocos días cuando era sacado para interrogatorios se escapaba de desmayar. En esos interrogatorios era torturado nuevamente a golpes, patadas y choques eléctricos.
No pagó por el asesinato de Lacayo
Diez días después, él y Solano fueron acusados de “atentar” contra Nicaragua, portación ilegal de armas, robo, vandalismo, comunismo y encubrimiento del crimen de Lacayo. La Guardia no sabía que tenía en sus manos a uno de los ejecutores del famoso torturador somocista.
El 15 de marzo de 1969 Ortega fue declarado culpable del asalto a la sucursal Kennedy del Banco de Londres, hecho ocurrido el 12 de julio de 1967.
Ortega pasó siete años presos hasta que fue liberado tras el operativo armado de la Casa de Chema Castillo.
Durante esos años, una de las que demandaba la liberación de los presos políticos era Lidia Saavedra, madre de Ortega.
A él y al resto, Somoza los hacía pasar como “reos comunes”. En realidad, Ortega había participado en actos delincuenciales.
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La dictadura de los ochenta
Aunque al líder sandinista se le señala más por las torturas y crímenes cometidos por sus adeptos del 2018 a la fecha, la verdad histórica indica que no más el FSLN llegó al poder en julio de 1979 instauraron una cruel dictadura militar que duró diez largos años.
En ese período hubo casos debidamente documentados de torturas, asesinatos, encarcelamientos arbitrarios, confiscaciones y ejecuciones ilegales. Uno de estos casos fue del capitán de la Guardia Nacional Franklin Montenegro, a quien, según las denuncias, le aplicaron la Ley Fuga.
Al igual que ahora, en los años ochenta la propaganda sandinista se encargaba de denigrar a la oposición, justificar los encarcelamientos y los crímenes cometidos. Eran tiempos de guerra civil, en la que los sandinistas eran apoyados por Cuba y el imperio soviético y la Contra por Estados Unidos.
Entre los miles de presos de esa época figuran el fallecido expresidente Enrique Bolaños; el expresidente Arnoldo Alemán, a quien se le culpa del retorno de Ortega al poder; y el diputado Wilfredo Navarro, irónicamente hoy uno de los férreos defensores del sandinismo.
Época actual
El 18 abril del 2018, cientos de nicaragüenses protestaron por una reforma al Seguro Social. La respuesta de Daniel Ortega fue enviar a la Juventud Sandinista a reprimir brutalmente a los manifestantes, sin que la Policía lo evitara. Indignados, miles de personas más se lanzaron a las calles, Ortega respondió aún más brutal, usando a la Policía y armando grupos paramilitares. Más de 320 personas murieron en un lapso de apenas tres meses.
En diciembre de ese año, el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) señaló al régimen de Daniel Ortega de haber cometido crímenes de lesa humanidad.
En diciembre del 2021, la abogada Marta Patricia Molina, investigadora del Observatorio Pro Transparencia y Anticorrupción, dio a conocer un informe detallando 38 métodos de tortura usados por el régimen encabezado por Daniel Ortega en contra de los presos políticos desde el 2018. Esta es la lista:
1. Uso de tenazas para levantar uñas y arrancarlas.
2. Hacer que los detenidos duerman en lugares con heces, orines, pulgas y cucarachas.
3. La asfixia con bolsas plásticas.
4. Desnudan a los presos y obligarlos a dormir en ropa interior.
5. Introducción de la punta de un rifle por el ano.
6. Quemaduras con pistolas de electricidad y/o cigarrillos.
7. Golpizas con alambres de púas.
8. Golpizas con puños y tubos.
9. Simular estrangulación.
10. Encierro en celdas subterráneas, oscuras y húmedas.
11. Golpes hasta producir hematomas y sangrado interno.
12. Aislamiento total.
13. Privación de comida y agua.
14. Privación de medicinas o aparatos médicos.
15. Sometimiento al frío extremo.
16. Entregar comida descompuesta, con vidrio e insectos.
17. Evitar que los presos duerman al mantenerles las luces eléctricas las 24 horas al día.
18. Torturas psicológicas.
19. Sacarlos al sol solo 15 minutos cada diez días o más.
20. Privación de la Biblia y artículos religiosos.
21. Obligarlos a defecar en sus manos.
22. Lenguaje soez.
23. Decomisan lentes a los presos.
24. Privación de atención médica a los presos heridos.
25. Colgarlos para golpearlos.
26. Obligar a los hombres a desnudarse para pasearlos y ser víctimas de tocamientos.
27. No permitir comunicarse con familiares y abogados.
28. Violación sexual a mujeres.
29. Golpizas policiales a los reos en los ojos.
30. Rapan la cabeza a los hombres.
31. Uso de bombas lacrimógenas y gas pimienta contra presos.
32. Interrogatorios diarios.
33. Obligar que los reos hagan sus necesidades fisiológicas en un hoyo.
34. Forzamiento de abortos.
35. Desprendimiento de dientes.
36. Atar a lo reos en una silla y golpearlos hasta hacerlos vomitar.
37. Inducir a reos comunes a hacer daño a presos políticos.
38. Acuchillamientos.
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