La Casa Blanca se pronunció este jueves sobre la persecución religiosa que lleva adelante el gobierno del régimen sandinista en Nicaragua y la califica como «inaceptable».
«La Casa Blanca cataloga como «inaceptable» la persecución del gobierno de Nicaragua a líderes de la iglesia», declaró Karine Jean-Pierre, secretaria de prensa de la administración de Joe Biden en una publicación en Twitter recogida por el periodista Jorge Agobián.
«Ha habido un deterioro drástico del respeto por los principios democráticos y los derechos humanos por parte del régimen en Nicaragua», dijo Jean-Pierre.
La Casa Blanca cataloga como «inaceptable» la persecución del gobierno de #Nicaragua a líderes de la iglesia. «Ha habido un deterioro drástico del respeto por los principios democráticos y los derechos humanos por parte del régimen en Nicaragua», dice @PressSec. pic.twitter.com/T16MeBY6Ac
— Jorge Agobian (@JorgeAgobian) August 25, 2022
La funcionaria dijo que la administración Biden condena el «encarcelamiento de líderes demócratas, miembros de la oposición, estudiantes y periodistas», a la vez que aseguro que «EEUU y miembros de la comunidad internacional ya han tomado una serie de medidas (…) y lo seguirán haciendo».
Sacerdotes arrestados
El régimen de Daniel Ortega incrementó en agosto la persecución contra la Iglesia católica en Nicaragua, con el encarcelamiento de más sacerdotes, incluyendo el obispo de la Diócesis de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez.
Durante dos semanas el obispo, varios sacerdotes, seminaristas y laicos estuvieron cercados por decenas de policias, hasta que la madrugada del viernes 19 de agosto fueron arrestados con lujo de violencia y trasladados a Managua. A Álvarez le dieron arresto domiciliario, mientras que los otros religiosos fueron llevados a la cárcel del nuevo Chipote, donde esta semana les realizaron una audiencia en total secreto.
«Golpistas», «hijos del demonio»
El discurso de odio hacia la Iglesia católica de Nicaragua y sus líderes ha sido alimentado desde lo más alto del gobierno, ya que el mismo Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo los tachan de «hijos del demonio» y «golpistas», asegurando que están detrás de un supuesto intento de golpe de Estado, tal como llama el oficialismo a las protestas antigubernamentales del 2018.
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