Panamá y Nicaragua (3-0) sacaron chispas este martes en el Estadio Rommel Fernández por la quinta jornada de las Eliminatorias Concacaf rumbo al Mundial 2026.
La selección nicaragüense cerró su participación en la segunda ronda de las Eliminatorias Concacaf rumbo al Mundial 2026 con un sabor agridulce. Si bien los dirigidos por Marco Antonio «Fantasma» Figueroa cayeron 3-0 ante Panamá en el último encuentro del Grupo D, el conjunto centroamericano ya había asegurado algo histórico: su clasificación por primera vez a la ronda final del proceso eliminatorio mundialista.
Un encuentro de dos tiempos
El compromiso ante los Canaleros reflejó la realidad de una Nicaragua que sigue construyendo su proyecto futbolístico. Durante los primeros 45 minutos, el equipo de Figueroa logró mantener la paridad en el marcador, mostrando la organización táctica que ha caracterizado este proceso. Sin embargo, en el segundo tiempo la experiencia panameña pesó más, y los dirigidos por Thomas Christiansen aprovecharon sus oportunidades para llevarse los tres puntos y el liderato del grupo.
El desafío de las ausencias
Una de las principales dificultades que enfrentó el técnico nicaragüense para esta doble fecha fue la cantidad de jugadores lesionados que no pudieron estar disponibles. Esta situación, común en selecciones de la región que dependen en gran medida de sus futbolistas locales, puso a prueba la profundidad del plantel Pinolero.
Baja sensible en la defensa
La noticia más preocupante para el futuro inmediato de la selección llegó desde el ámbito doméstico. Marvin Fletes, defensor central del Real Estelí y pieza fundamental en el esquema de Figueroa, fue sometido a una intervención quirúrgica por rotura del ligamento cruzado anterior de su rodilla izquierda.
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El club esteliano confirmó que el jugador «ha iniciado su proceso de rehabilitación posquirúrgica bajo supervisión médica especializada». Los tiempos de recuperación para este tipo de lesiones habitualmente oscilan entre los seis y ocho meses, lo que prácticamente descarta su participación en la ventana de septiembre de las Eliminatorias.
Mirando hacia la ronda final
A pesar de estos contratiempos, Nicaragua se prepara para afrontar su mayor desafío futbolístico en décadas. La clasificación a la ronda final de las Eliminatorias representa un logro histórico que sitúa al fútbol nicaragüense en un nuevo escalón competitivo dentro de la Concacaf.
El «Fantasma» Figueroa tendrá como prioridad la recuperación de sus jugadores lesionados y la búsqueda de alternativas en la defensa central ante la prolongada ausencia de Fletes. La ventana de septiembre será crucial para mantener vivas las esperanzas mundialistas de un país que sueña con hacer historia en el fútbol centroamericano.
El reto continental
Con México, Estados Unidos y Canadá como anfitriones automáticos del Mundial 2026, la Concacaf tendrá seis cupos directos adicionales para el torneo. Nicaragua competirá junto a las mejores selecciones de la región por uno de esos boletos, en lo que representa la oportunidad más real que ha tenido el país de llegar a una Copa del Mundo.
La experiencia adquirida en esta segunda ronda, tanto en victorias como en derrotas, será fundamental para encarar los desafíos que se avecinan. El fútbol nicaragüense vive un momento histórico, y cada partido será una nueva oportunidad de seguir escribiendo páginas doradas en su historia deportiva.
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