Kevin Valverde, de 24 años, médico de profesión, se convirtió en primera finalista en el certamen de belleza Miss Gay Nicaragua 2022. Cuenta que siempre se sintió atraído por otras personas de su mismo sexo, y ahora se define como gay dentro de la comunidad LGBTIQ+.
Su lucha por los derechos a favor de la comunidad lo llevó a amar el arte del transformismo, es por ello que ahora se considera una persona de género fluido, es allí donde surge Alana. “Mis padres me apoyaron desde el momento que decidí ser una persona de género fluido”, relata para este reporte.
Alana, es una expresión de su identidad de género, es una chica expresiva y activista en pro de la comunidad LGBTIQ+. Comparte que en esta faceta ha encontrado que existe mucha desinformación dentro de la misma comunidad y de la sociedad nicaragüense en poder reconocer las identidades de género. “El género fluido tienden a confundirlo con una persona transexual, son dos cosas diferentes”, expone.
Rechazada en su profesión
“He tenido que lidiar con los prejuicios de la gente. Cuando estoy como Alana, no puedo ejercer la profesión. Hubo un tiempo que quería mantener escondida a Alana, pero no podía más. Porque Alana y Kevin, son la misma persona en dos facetas. Una como activista por los intereses de la comunidad LGBTIQ+ y el chico gay (Kevin) un médico amable y apasionado con su carrera”, confiesa.
El sueño de esta activista de la diversidad sexual, es verse algún día ejerciendo su profesión como Alana. Pero reconoce que aún en el país, hay grandes retrocesos en cuanto a las diversas identidades de género.
Asegura que no hay institución, ni leyes, que favorezcan a miembros de la comunidad LGBTIQ+. Para Alana, hay muchos vacíos legales, desde el momento que no hay una tipificación clara para casos de crímenes de odio, tampoco hay una ley específica de identidad de género para que las personas que son discriminadas por razones de orientación sexual pueden ir a denunciar.
“Parece que lo que no se nombra, no existe. Miles de denuncias de esta tipología están engavetadas”, criticó.
Alana, ve más allá. Los vacíos que imperan en el aspecto jurídico no es el único problema para ella, sino que es también social y, para ello argumenta la necesidad de una reeducación sobre los aspectos de la comunidad LGBTIQ+.
“Estamos atrasados en comparación a otros países de Europa, Sudamérica y también de Estados Unidos, me he sentido asombrada porque hasta en miembros de la comunidad hay desinformación”, asegura. De cara a esto, lamenta la barrera que existe, la cual es la dificultad de reunirse y desarrollar talleres de formación.
La activista LGBTIQ+ no niega las buenas iniciativas escritas en pro de la comunidad, pero admiten que se ven bien bonitas en un papel, pero a la hora de implementarlas se hace todo lo contrario. “El Ministerio de Salud, tiene una Resolución Ministerial No. 671 – 2014, hay apartados que no permiten la discriminación, pero no siempre se cumple”, acusa, porque lo ha vivido “en carne propia”.
Asesinatos a miembros de comunidad son minimizados
Señaló por ejemplo, que la sociedad nicaragüense no se pronunció con rigurosidad cuando en 2022 en León, se registraron cuatro asesinatos violentos contra miembros de la comunidad. Recordó que fueron episodios que consternaron. Dos de sus victimarios, han sido sentenciados a prisión y los otros dos están libres, pero se han visto a menos ambos casos.
El Sauce, La Paz Centro, Salinas Grandes y el Hoyón, estas dos últimas comunidades de León, fueron los lugares donde se registraron muertes violentas en contra de jóvenes de la comunidad.
“Un caso que dolió mucho, fue el Darexon Ariel Morales Granados, que apareció decapitado en el kilómetro 78 en Salinas Grandes. Su asesino aún está libre. Siempre sus muertes están llenas de humillación, mutilación y muy violentas ¿Quién defiende a estas personas? Sólo se queda ahí, en noticias y comentarios en las redes sociales. Ese fue un crimen de odio”, expone Alana.
La activista expresa que si hubiese un marco jurídico más estricto para los victimarios y asesinos que matan y violan los derechos de las personas que se identifican como transexual, transgénero, lesbianas, intersexual, gay, género fluido entre otras identidades, se dieran menos estos crímenes.
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En la calle, sin oportunidad de empleo
Representantes de la comunidad comparten que adoptar una identidad de género fluida es más que una peluca, tacones y maquillaje. Uno de los retos de Alana es visibilizar la condición de vulnerabilidad que viven mujeres trans, que al no tener una oportunidad de empleo, se encuentran en situación de calle; tienen que vivir de la prostitución. La mayoría sufren rechazo de su familia y de la sociedad.
“Mi sueño es que en Nicaragua, nosotras podamos ser escuchadas, que se respeten los derechos, nuestros derechos; el poder ir a la calle sin tener miedo y estudiar lo que deseamos y luchar contra los prejuicios que la sociedad impone. Pedimos apoyo jurídico y social, leyes sólidas que nos amparen y respalden”, expresa Alana.
Argumentó que no es suficiente realizar concursos de belleza LGBTIQ+ en las alcaldías, sino el poder ir a una municipalidad y gozar de ese derecho de cambiarse el nombre, género con total libertad, el poder formar una familia bajo la legalidad. Alana, detalla que el 70% de miembros de la comunidad, están en situación de vulnerabilidad lo cual los lleva a ser víctimas de todo tipo de violencia.
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