Este año el pueblo católico de Diriomo no participó de la tradicional procesión de la imagen de su Virgen de Candelaria, que recorre toda la mañana y parte de la noche del 2 de febrero, las principales calles del municipio, porque la policía informó de manera verbal a las autoridades del Santuario Diocesano, que la salida en procesión de la venerada imagen, estaba prohibida por un asunto de “seguridad”.
Pero eso no contuvo las expresiones de fe de este pueblo. Luego de la celebración litúrgica este jueves, donde se realiza la encendida de las tradicionales candelas de cebo, que simbolizan la luz de Cristo, la imagen fue llevada al atrio del templo, para ser venerada por los fieles, quienes llegan cada año a pagar promesas por favores recibidos.
Los integrantes de los tradicionales bailes folclóricos se vieron obligados a realizar sus presentaciones artísticas en el atrio de la iglesia, donde la imagen permaneció por varias horas, bajo la sombra de la tradicional enramada de palma de coco adornada con frutas. Mientras, en las afueras del templo, se apostaron los comerciantes de los acostumbrados dulces de Santa Teresa, Carazo y los vendedores de candela de cebo de la ciudad de Masaya.
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A pesar que el régimen prohibió los actos de piedad religiosa, se mostró complaciente con las actividades carnavalescas, permitiendo en las cercanías del templo la instalación de tarimas, para la realización de rondallas de marimba y fiestas populares, donde coronaron a las reinas de las fiestas populares que resultaron electas en el evento promovido por la comuna orteguista.
Siempre Creyentes
A sus 83 años, doña Natalia Isabel Pérez llegó a visitar la imagen de la Virgen de Candelaria, una tradición que fue inculcada por su madre, quien ya partió de este mundo hace más de 30 años. Ella es originaria del barrio San Sebastián de la ciudad de Masaya y dice sentirse muy triste, porque la imagen no salió en procesión este año.
“Siempre hemos acompañado a la imagen a la raya que es la frontera entre Diría y Diriomo, me siento triste por no participar de este recorrido, pero a la vez, me lleno de gozo, porque Dios me permitió un año más participar de las festividades de nuestra madre y agradecerle por su protección”, relata la fiel devota.
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Fanny Sánchez es otra de las devotas de la Virgen de Candelaria que participa cada año de la festividad en honor a la imagen, que recuerda la presentación de Cristo en el templo, cuando cumplió sus 40 días, según los evangelios.
“Cuando concluía la misa, la imagen salía a recorrer las calles de la ciudad y entraba al templo en horas de la noche, y acto seguido se realizaba una alborada, pero este año solo salió a la puerta mayor al saludo de la salve y luego retornó a su altar. Para mí, esta situación no es triste, porque los cristianos que tenemos mucha fe sabemos que donde ella esté, allí está nuestra alegría, porque la fe está en nosotros”, resaltó la devota.
Monseñor Jorge Solórzano, prudente
En su homilía con un templo abarrotado de fieles católicos, el obispo de la Diócesis de Granada, monseñor Jorge Solórzano, evitó referirse a la decisión del régimen orteguista de impedir que la imagen de la Virgen de Candelaria saliera del templo a recorrer las avenidas del pueblo de Diriomo, desde su bajada del altar el pasado 21 de enero.
“Hoy hemos bendecido las candelas que dan luz y que son símbolo de otra luz que es precisamente Cristo, que empezó a serlo, desde el instante de su nacimiento”, resaltó el jerarca de la iglesia Católica.
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