«Posibles sanciones» a un grupo hizo «doblegar su brazo» a Ortega, según Martínez

El opositor nicaragüense y leyenda de las Grandes Ligas, Dennis Martínez, confiesa que se le encogió el corazón cuando se enteró de la liberación de los 222 presos políticos, y asegura que la decisión del régimen fue una sorpresa.

Este 13 de febrero en La Prensa, en su columna «Desde el montículo», Martínez publicó un artículo sobre «El verdadero reto de la diáspora», en donde manifiesta que ahora hay muchos líderes desde la popularidad, la intelectualidad, la experiencia y la juventud para organizar un bloque de nicaragüenses con la capacidad de reaccionar como uno solo ante las necesidades del país.

«Escuchar los relatos de cómo eran tratados y lo que pasaron mientras eran injustamente privados de su libertad causa repudio hacia sus captores, tanto a los ejecutores como a los autores intelectuales de las órdenes», narra Martínez.

A la vez aclara que la liberación y «destierro» no es una alegría total «porque siguen tras las rejas muchas personas, incluyendo monseñor Rolando Álvarez», obispo de Matagalpa.  Así mismo, dijo que el  país sufre las consecuencias de ser gobernado por “líderes” como Daniel Ortega y Rosario Murillo que desde hace mucho tiempo perdieron la vergüenza y hunden cada vez más al país en la miseria.

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Amenazas de posibles sanciones

Considera que esta liberación de los 222 presos políticos es una victoria de la diplomacia y de la presión de la comunidad internacional. «He escuchado muchas informaciones de las posibles sanciones venideras hacia un grupo en específico y cómo obligaron a los que ejercen el poder a doblegar su brazo, a tragar saliva y comerse sus palabras. No obstante, la libertad es un paso importante, pero no el definitivo, apenas es el comienzo», añade.

Se renovaron ilusiones para recuperar Nicaragua

Martínez detalla que los presos políticos encendieron las esperanzas de ver un milagro a corto plazo de romper las cadenas a toda la nación y construir una nueva Nicaragua, pero «para eso se necesitan elecciones adelantadas con todas las garantías internacionales».

Martínez, en noviembre pasado fue noticia, luego que el régimen le quitó su nombre a la fachada del Estadio Nacional de Béisbol y posteriormente lo renombró como Estadio Nacional «Soberanía».

Para la leyenda deportiva, el «destierro» de los presos políticos, a pesar de ser una medida que provoca repudio, también trae nuevos aires.  «Y digo que renovaron las ilusiones por recuperar el país porque todo esto sucedió de un momento a otro, cuando se veía al terruño dormido y adaptándose a vivir bajo la soga al cuello de la represión, amenazas, corrupción, injusticia y sin democracia, apareció la noticia que nos tiene a todos contento», añade.

Martínez recordó que el pasado «nos ha enseñado que habrá que dejar los protagonismos, los egos y el orgullo a un lado, para darle paso a los verdaderos intereses del pueblo de Nicaragua».

Monseñor, un verdadero cristiano

El nicaragüense indica que la clave es aprender de los errores, en retomar el pasado como eje de decisiones que no se deben repetir. Menciona que tener a tantas figuras capaces es positivo, no obstante, «querer caminar unilateralmente solo traería como consecuencia la desunión y desilusión de los nicaragüenses».

«Monseñor, el más nicaragüense Monseñor Rolando Álvarez demostró con sus acciones lo que es ser un verdadero cristiano, de acciones y no de palabras, es un claro representante de Dios en la tierra y su decisión, si bien es cierto le costó su libertad física, mostró la verdadera cara del “monstruo” gubernamental», indica Martínez en su artículo.

Dice ademas que monseñor Álvarez es más nicaragüense que las personas que le arrebataron su nacionalidad, y lo describe como una persona creyente de sus principios y que su misión causa terror a “líderes” instaurados en el poder a punta de sangre. «El Papa está con él, las leyes constitucionales lo respaldan y posee el amor y respeto de todos, un abrazo monseñor desde la distancia, usted es uno de los soldados élite de Dios», finaliza.