Los últimos instantes de vida de la comerciante de cerdos María Isabel Hernández Vivas, de 66 años, fueron de dolor y martirio, según la investigación policial, ya que fue asesinada a tubazos y rematada con piedras por el sujeto Jairo Guzmán, en el departamento de Rivas.
Doña Isabel era originaria del barrio La Flor, del municipio de Cárdenas, y el pasado 27 de abril salió dispuesta a cobrar los 10 mil córdobas por la venta de dos cerdos que le adeudaba quien la terminaría asesinando.
Guzmán confesó ante las autoridades que después de sostener una acalorada discusión con su víctima, decidió acabar el conflicto de la manera más atroz: quitándole la vida.
Tras cometer el crímen recogió el cuerpo de la señora y lo enterró en el patio de su casa en el barrio Tomás Borge, luego planificó huir del país por un punto ciego con rumbo Costa Rica, pero fue capturado por agentes policiales que realizaban un operativo al ser alertados sobre la desaparición de la señora y conocer que Guzmán había sido el último en verla con vida.
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El asesino después de matar a la señora le sustrajo su teléfono móvil, mismo que le fue encontrado al realizarle la requisa al momento de ser detenido.
Según el examen forense realizado a la víctima, esta falleció a causa de un trauma craneoencefálico por politraumatismo contuso, teniendo como tiempo de fallecida de 5 a 6 días, aproximadamente.
Al revisar el récord policial de Guzmán, resulta que cuenta con una serie de delitos que van desde abigeato, agresión, amenazas de muerte y lesiones.
Por su parte, los familiares de doña Isabel y vecinos de su zona, exigen a las autoridades que al homicida le caiga todo el peso de la ley.
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