Dictadura no quiere más testigos de las violaciones en el proceso contra monseñor Rolando Álvarez

El expediente judicial contra monseñor Rolando Álvarez no se puede apreciar en el sistema en línea de los juzgados de Managua desde hace casi un mes.

Álvarez está condenado a 26 años y cuatro meses de cárcel por la justicia orteguista, por varios delitos que le atribuye la dictadura de Daniel Ortega, pero no se valoraron pruebas contra él porque no se le realizó juicio, sino que la sentencia en su contra es producto de una orden directa de Ortega y su esposa Rosario Murillo, como un castigo por oponerse a ser desterrado a Estados Unidos en febrero de este año 2023, junto a otros 222 presos políticos.

La sentencia ya está firme porque la jueza del caso, Nadia Tardencilla, no le quiso dar trámite a la apelación que presentó la defensa, que se vio obligada a recurrir de hecho ante el Tribunal de Apelaciones de Managua (TAM), donde el recurso de hecho fue rechazado por los magistrados Noel Pereira Morice (supuestamente liberal), Martha Quezada (orteguista) e Ingrid Lazo (liberal convertida en orteguista).

Como ante la justicia nacional ya no se puede hacer nada a favor de monseñor Álvarez, la defensa del sacerdote ya recurrió ante instancias internacionales, pues la organización pro derechos humanos que defiende la fe, ADF International, presentó una petición ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en nombre de monseñor Álvarez.

ADF International presenta una petición ante la CIDH por monseñor Álvarez

Oculto para que nadie lo revise

Aunque la sentencia ya está firme, el expediente judicial del religioso no ha sido trasladado ante un juez de ejecución y vigilancia penitenciaria, a como corresponde, sino que todavía está en manos de la jueza Tardencilla, quien lo mantiene secuestrado.

Peor aún, el extrabajador del poder judicial, Yader Morazán, ahora en el exilio, afirmó en su cuenta de X que el expediente de monseñor Álvarez fue dado de baja en el sistema en línea de los juzgados de Managua.

«Dan por hecho que el expediente no tendrá más actividad procesal instada por ninguna de la partes. Mientras tanto la que lo condenó (Nadia Tardencilla) se aferra al expediente y no lo remite a la jueza de Ejecución y Vigilancia Penitenciaria, que es a quién en teoría le corresponde dar seguimiento al sistema carcelario de monseñor, ni lo manda a ninguno de los archivos tal como se hace normalmente, pese haberlos dado de baja», escribió Morazán.

Sin embargo, personas allegadas al caso de monseñor Álvarez indicaron a Nicaragua Investiga que no se trata de que le hayan «dado de baja» al expediente del religioso, sino que lo ocultan en el sistema en línea, a como hacen con otros casos en contra de prisioneros políticos de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.

Las fuentes agregaron que las autoridades judiciales de la dictadura tampoco pasan el expediente de monseñor Álvarez a un juez de ejecución de sentencia y vigilancia penitenciaria porque no quieren más testigos de que se le han violado todos los derechos procesales al sacerdote.

El expediente, según los allegados al cura, sigue en manos de la juez de juicio Nadia Tardencilla, pero solo pueden acceder al mismo un número reducido de personas y no lo hacen ni siquiera los secretarios de Tardencilla.

¿Qué ha sucedido en Nicaragua a un año del secuestro de monseñor Álvarez?

Caso único en la historia judicial del país

El de monseñor Álvarez se trata del primer caso, y el único en la historia judicial de Nicaragua, en el que una persona es condenada sin que se le haya realizado juicio.

Los allegados a monseñor Álvarez también expresaron que, para ellos, lo que existe es un «secuestro temporal» tanto del expediente judicial como de la persona de monseñor Álvarez porque a él nadie lo ha visto en siete meses, desde el pasado mes de marzo, cuando recibió la visita de dos hermanos carnales y fue expuesto en medios de comunicación oficialistas.

Lo que sí tienen confirmado las fuentes cercanas al religioso, es que se encuentra castigado en la celda La 300, conocida como El Infiernillo por las condiciones inhóspitas de la misma.