Las autoridades de la Dirección General de Migración y Extranjería (DGME) tienen «órdenes superiores» de no dejar entrar al país a ningún sacerdote, seminarista o religiosa, según le filtraron bajo anonimato fuentes de esa institución a la abogada Martha Molina, quien está sistematizando la violencia de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo en contra de la Iglesia católica nicaragüense.
Molina dijo a Nicaragua Investiga que esas prohibiciones ya son una práctica de la dictadura instaurada desde hace tiempo, pero, «hasta ahora me la confirman los de Migración y además varios sacerdotes también me han confirmado que han sido advertidos por ellos a no salir del país», explicó.
«El que salga ya sabe que no entra y también a los curas que han salido se lo han advertido discretamente», enfatizó.
El cardenal Leopoldo Brenes es uno de los pocos sacerdotes católicos que no está teniendo problemas en salir y regresar al país, indicó Molina, y, este primero de diciembre, termina una actividad en la que está participando en Guatemala.
«Espero que a él sí lo dejen entrar», escribió Molina en la red social X.
Temor de salir del país
Nicaragua Investiga consultó con algunos sacerdotes la situación y uno de ellos, bajo anonimato, indicó que no ha escuchado de que sea una prohibición generalizada, pero sí le está ocurriendo a una gran cantidad de sacerdotes y religiosos que han salido de Nicaragua.
Según el cura, se le acaba de negar la entrada al sacerdote de Rivas, Jairo Mercado, y también a uno que estaba estudiando en Roma, Cristian Quintaba.
«Solo les llega la notificiación: usted no puede viajar», manifestó otro sacerdote.
Este último religioso señaló que las cosas han cambiado mucho desde 2018, cuando muchos sacerdotes elevaron fuerte la voz para defender al pueblo de las agresiones de la dictadura, pero ahora, por seguridad de ellos mismos, pero también de los feligreses, los curas están «silenciados».
«Antes la iglesia habló mucho, pero ahora, si habla uno, inmediatamente va preso», dijo.
Algunos están saliendo del país, como uno que recientemente salió por la frontera norte «disfrazado de mujer, de una viejita», afirmó el padre que también habló bajo anonimato.
Solo en la diócesis de Managua hay 12 sacerdotes en el exilio, reveló.
Un tercer sacerdote indicó a Nicaragua Investiga que son varios los religiosos que han dejado de viajar al exterior por el temor a que no les permitan regresar al país y, otros que sí salen, incluidos varios extranjeros, se van con un «plan B», por si les niegan el reingreso.
Este último religioso admitió que unos pocos sí han logrado regresar.
La represión
Según el último informe de la abogada Martha Molina, hasta agosto pasado, había 151 religiosos perjudicados por la persecución de la dictadura, sin contar los últimos afectados desde septiembre, entre los que habría que incluir a 12 sacerdotes desterrados a Roma, más las últimas prohibiciones de ingreso al país.
A 23 religiosas y siete religiosos se les había prohibido entrar al país.
Además, 76 religiosas y seis religiosos habían sido expulsado y 31 más se exiliaron.