Doña Julia Montenegro celebra “la Purísima” desde que tiene memoria. Recuerda que esta devoción inició con su madre en Matiguás, en el departamento de Matagalpa, y cuando ella falleció, ella tomó la celebración.
En el año 2018 emigró a Estados Unidos como miles de nicaragüenses, pero en su casa, siempre hay una imagen de “la Purísima” y cada diciembre reza la novena a la Inmaculada Concepción de María. Este año no fue la excepción. Junto a grupo de nicaragüenses se reunirá a rezar, pero además de los cantos y las oraciones, compartirá la tradicional “gorra”, las famosas canastas llenas de cajetas, ayote con miel y el infaltable café con pan.
Un asistente a su novena reveló que hacía cuatro años que no rezaba, tiempo que lleva en el exilio, pero al estar fuera del país, se sintió nostálgico. “Me transportó mentalmente a mi pueblo, a mi casita, donde mi abuela nos enseñó a rezar frente a un pequeño altar, sentí tanta nostalgia, me sentí tan feliz”, afirmó.
En el exilio la rezan
Doña Julia está radicada en la ciudad de Indianápolis, en Indiana, un destino de migrantes nicaragüenses en los últimos años y dice “que pase lo que pase”, su devoción a “la Purísima” la llevará a todos partes porque “la virgen me acompaña en cada momento”.
En cada rezo de la novena de los exiliados está presente pedir por monseñor Rolando Álvarez, el obispo que lleva casi quinientos días secuestrado por el régimen de Daniel Ortega. A los gritos de: “¡Viva Cristo Rey!”, “¡Viva la Virgen!” “¡Viva la iglesia Católica!”, se ha sumado el grito de “¡Viva monseñor Álvarez!”.
Los nicaragüenses tienen planeado finalizar su novenario en la ciudad de Indianápolis con una noche de rezos y cantos, donde estará presente el cantante pinolero Nahum Rivera y su grupo Pasión. Además realizarán una oración por la Iglesia perseguida de Nicaragua y por la libertad del obispo.
El dogma de la Inmaculada Concepción
Según el padre Juan Carlos Rivera, un sacerdote nicaragüense, que actualmente estudia en una universidad católica de España, el dogma de la Inmaculada Concepción es importante para la Iglesia Católica porque afirma la santidad de María y su papel único en la historia de la salvación.
“María, como madre de Jesús, fue elegida por Dios para ser la colaboradora en la Encarnación del Hijo de Dios. Su santidad es necesaria para que ella pudiera cumplir este papel de forma adecuada”, explica el religioso para este reporte.
Señaló que la fundamentación bíblica del dogma de la Inmaculada Concepción se encuentra en varios pasajes de la Sagrada Escritura. Uno de los pasajes más importantes es la salutación del arcángel Gabriel a María en el Evangelio de Lucas. “Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo (Lucas 1:28). La expresión llena de gracia, en latín, gratia plena, sugiere que María estaba libre de todo pecado”, explica.
“Este dogma –agregó– tiene implicaciones importantes para la vida de los católicos, recordándonos que María es una figura santa a la que podemos recurrir para pedir su intercesión y que es posible ser santos, incluso desde el momento de nuestra concepción”, dijo el padre Rivera.
Recordó que la devoción mariana del pueblo nicaragüense está más arraigada por la religiosidad popular (manifestación espontánea de la fe), que, por conocimiento bíblico o teológico, en su inmensa mayoría, esta se trasmite de padre a hijos y ha logrado mantenerse a lo largo de los siglos.