Monseñor Marcos Díaz Prado y el padre Fernando Calero se sumaron, este jueves 28 por la noche, a la lista de sacerdotes secuestrados en los últimos dos días por la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, confirmó la investigadora de los abusos del régimen contra la iglesia, Martha Patricia Molina.
El primero es vicario de la iglesia Santo Tomás Apóstol, en Corinto, Chinandega, y el segundo es párroco de Nuestra Señora de Fátima, en Rancho Grande, Matagalpa.
Ambos se suman a monseñor Carlos Avilés, vicario general de la arquidiócesis de Managua, y al padre Héctor Treminio, párroco de la iglesia Santo Cristo de Esquipulas, también secuestrados este 28 de diciembre.
Molina ya había advertido, tras las capturas de Avilés y Treminio, que habrían más detenciones de sacerdotes de parte de la dictadura.
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Nueva ola de secuestros
Desde el 20 de diciembre pasado, cuando secuestró al obispo de Siuna, Isidoro Mora, la dictadura inició una nueva cacería de sacerdotes que llevó también a la captura del vicario general de la diócesis de Matagalpa, monseñor Óscar Escoto, detenido el 22 de diciembre y posteriormente liberado.
Luego, también fue secuestrado el párroco de la iglesia Nuestro Señor de Veracruz, en Nindirí, Masaya, el padre Pablo Villafranca. Desde el 26 de diciembre no se sabe de él, indicó Molina.
Dictadura secuestra a monseñor Carlos Avilés, vicario general de la Arquidiócesis de Managua
Además, han sido secuestrados: el presbítero Jader Guido, tercer vicario de la catedral de Matagalpa, liberado posteriormente, pero sigue asediado por los policías, así como los estudiantes del seminario interdiocesano Nuestra Señora de Fátima, Alester Sáenz y Tony Palacio, capturados junto al obispo Mora y no se sabe de ellos.
Todos ellos, junto a monseñor Rolando Álvarez, secuestrado desde el 3 de agosto de 2022, conforman la lista de sacerdotes católicos en poder de la dictadura, según un recuento de la investigadora Martha Molina.