Julio Hernández, un venezolano residente en Florida y solicitante de asilo, apoyaba al presidente electo Donald Trump antes de las elecciones, pero ahora está preocupado por su futuro debido a los recientes nombramientos de figuras de mano dura en temas migratorios, como Tom Homan, quien ya ha prometido deportaciones masivas de indocumentados.
Hernández llegó a Estados Unidos en 2022 después de un difícil camino por el Darién y Nicaragua, y se estableció en Florida, donde ejerce como mecánico. Solicitó asilo, pero aún no ha tenido su primera audiencia en la corte y su caso no avanza. Tiene un TPS establecido por el presidente Joe Biden que vence en abril de 2025, y no sabe si Trump lo renovará.
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“Está difícil todo, marica, este señor viene con todo”, comenta mientras toma una taza de café. Cuenta que actualmente tiene permiso de trabajo, seguro social y licencia de conducir, pero que si no le renuevan el permiso de trabajo, se le complicaría la situación.
Durante la campaña que recientemente ganó Trump, Hernández pensaba que el republicano era lo mejor para Estados Unidos, como lo pensaron millones de latinos que votaron por él y ayudaron a llevarlo nuevamente a la Casa Blanca, a pesar de su discurso antiinmigrante.
En aquel momento, Hernández pensaba que Estados Unidos debía cerrar sus fronteras, deportar a los indocumentados con delitos y que Trump se quedaría solo en palabras. Sin embargo, los recientes nombramientos de Trump en temas de fronteras lo tienen preocupado.
“Si no renuevan el TPS, me vería en apuros”, dice. Los casos de asilo en Florida están tardando 15 años o más, y en realidad, él no tiene un caso sólido de persecución política. Huyó de Venezuela por la crisis económica, y hasta ahora allá solo ha logrado mejorar su casa, sin poder acumular ahorros.
Los nombramientos de Trump, muchos de los cuales deben ser ratificados por el Senado, tienen en vilo no solo a migrantes como Hernández, sino también a organizaciones de derechos humanos.
Por ejemplo, Homan será el “zar de la frontera”. Fue director interino de ICE en la primera administración de Trump y es señalado por la separación de familias.
Se van familias completas
“Tom Homan estará a cargo de todas las deportaciones de extranjeros ilegales a su país de origen”, dijo Trump al anunciar el nombramiento del hombre fuerte contra la migración irregular.
Recientemente, tras la contundente victoria de Trump, Homan declaró en una entrevista con CBS que esta vez no deportará familias parcialmente; para evitar separarlas, deportarán a las familias completas.
En la entrevista, Homan dio detalles de lo que se espera sea la mayor deportación de migrantes de Estados Unidos. Dijo que comenzará deportando a criminales que sean una amenaza para la seguridad y luego seguirá con los migrantes con órdenes de deportación pendientes.
Prometió que no habrá redadas masivas, sino que aplicará una estrategia para encontrar indocumentados en centros de trabajo y en retenes específicos.
Sin embargo, varios expertos han manifestado que el plan de deportación de Trump es inviable. Primero, deportar a un millón de personas tendría un costo cercano a los 100 mil millones de dólares. Segundo, porque la industria de la construcción, la agricultura y el sector de restaurantes dependen en gran medida de migrantes sin estatus legal.
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