Este 19 de julio el presidente de Nicaragua Daniel Ortega reapareció después de más de 30 días de ausencia en la Plaza de la Revolución brindando un discurso que para muchos politólogos y excombatientes fue una “parafernalia” y lleno de mentiras.
El exdiplomático Mauricio Díaz asegura que el “espectáculo” de Ortega es inclinado para adolescentes y jóvenes porque no se toman en cuentan los juicios, los análisis ni la reflexión para quienes en verdad les interesa una solución a las crisis que atraviesa el país.
De acuerdo a la opinión de Díaz gira en una pregunta: “¿para qué sirvió todo este espectáculo del 19 de julio? Hablar de uno cuarenta y tantos años de una revolución que es fracasada, porque no ha servido para resolver los problemas de paz, estabilidad, tranquilidad, desarrollo y seguridad de los nicaragüenses”, interpela el exdiplomático.
Según el juicio de Díaz, el discurso de Ortega pareció ser un ministro que preside las autoridades sanitarias en el país y no como Presidente de la República.
“Dando datos cómo ha mejorado el sistema de salud pública, pero lo que él dice se contrasta con la realidad brutal de la gente que está afectada por el coronavirus”, critica Díaz.
Agrega que las medidas que se tomaron en la plaza fueron porque estaba la presencia del presidente, pero en Nicaragua “hay que diferenciar la nomenclatura y la gente común y corriente”, pues las medidas de protección se practicaron por esos motivos.
“Lo que vimos fue un bonito espectáculo, pero es una cara bien maquillada de la realidad de Nicaragua; la realidad de Nicaragua no es esa. Eso estuvo bonito para el exterior, para la opinión pública dunda, idiota que se traga esos cuentos, pero no para la gente que piensa”, criticó Mauricio Díaz.
El sistema de salud pública era una maravilla
Exguerrilleros critican discurso
La exguerrillera Dora María Téllez concuerda con la opinión de Mauricio Díaz donde el mandatario permaneció durante más de una hora endiosando que “el sistema de salud en Nicaragua era una maravilla”.
Téllez, además, considera un discurso a la “defensivo” del presidente Ortega al reconocer implícitamente que los nicaragüenses han perdido credibilidad en el sistema de salud pública. Así como la ola de despido masivo de los médicos por criticar la pandemia y con coincidir con las políticas del Estado.
“Por eso se dedicó durante una hora a decir que han hecho de todo (…) que tienen muchos equipos, que han metido cantidad de cosas, es decir, toda una explicación que no logra llegar al punto clave que los nicaragüenses dejaron de llegar a las unidades de salud”, acotó la exguerrillera.
Téllez dice que Ortega mostró solidaridad al presentar todo su gabinete sancionado por el Departamento del Tesoro del Gobierno de Estados Unidos. Pero, a su vez, hablando indirectamente del embajador norteamericano, Kevin Sullivan.
«Ojo con los Embajadores yanquis», sentenció Daniel Ortega en el discurso este 19 de julio. «Hay que cuidarse de los yanquis», reiteró el mandatario.
“Ni una palabra para los desempleados, ni una palabra para los agricultores que están en crisis por la falta de recurso para reproducir, ni una palabra para las empresas que han quebrado y están cerrando, ni una palabra de condolencias a la familias nicaragüenses que han perdido a sus familiares en esta pandemia”, destaca Téllez ante el vacío de discurso del presidente Ortega.
El discurso: una reacción antes la ciudadanía y la comunidad internacional
El comandante guerrillero Hugo Torres sostiene que Ortega estaba reaccionando en su discurso ante las críticas de la ciudadanía nicaragüense sobre la falta de gestión ante la pandemia del COVID19 en Nicaragua.
“Estaba reaccionando a ante la presión internacional que se manifestó días recientes con las sanciones a varios de los funcionarios de Ortega, incluyendo a uno de sus hijos”, expresa Torres sobre el discurso presidencial.
Asegura que no propuso nada ante la Nación y no “fue un discurso “típico” de conmemoración donde se aprovecha para hacer anuncios importantes para proponer políticas públicas al país en beneficio a la población”.
Según Torres la reaparición de Ortega y todo su gabinete estaba cargada de simbolismo y de reacción retadora.
“Se hizo acompañar de personajes cuestionados y sancionados (…) como quien dice: ‘¿ajá nos sancionaste y qué’? Una actitud respuesta que reactiva que en el fondo no deja de ser una manifestación de debilidad”, finalizó el comandante y guerrillero Hugo Torres.
El presidente Daniel Ortega compareció junto a su gabinete que han sido sancionados por el gobierno estadounidense por crímenes de violaciones a los derechos humanos.
En la tarima presidencial estaba su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo; Iván Acosta, Ministro de Hacienda y Crédito Público; César Avilés, Jefe del Ejército de Nicaragua; Gustavo Porras, presidente de la Asamblea Nacional; Sonia Castro, Asesora presidencial en temas de salud y Francisco Díaz, consuegro y primer Comisionado General de la Policía Nacional.
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