Adoctrinamiento escolar de Ortega vuelve fanáticos a los futuros jóvenes

Tras la llegada de Daniel Ortega al poder en 2007, el adoctrinamiento escolar se ha potenciado en los colegios públicos de Nicaragua. Colores partidarios y libros con la imagen de la pareja presidencial son asignados a los niños en una estrategia subliminal de rendir «gloria» al gobierno sandinista. Expertos en temas de educación señalan que este tipo de propaganda política es «repugnante», pues las escuelas no deben ser «instrumento político».

El exministro de Educación Humberto Belli, considera que este tipo de adoctrinamiento no es permitido en un país democrático. «Eso ha sido una tradición nefasta del Frente Sandinista aún desde los 80s donde el gobierno imprimió los famosos ‘Carlitos’ que eran libros de adoctrinamiento político para los niños», ejemplifica y expone Belli.

Agrega que este tipo de adoctrinamientos son ofensas a la dignidad de la niñez donde se aprovechan las mentes inmaduras y frágiles de los niños para hacer propaganda a favor de la pareja presidencial.

“Es un acto totalmente reprochable, totalmente inadmisible; signo de corrupción moral y política”, señaló Belli.

Ernesto Medina, experto en temas de educación, concuerda con la opinión de Belli alegando que es «inaceptable», puesto que es un atropello a la esencia de la educación «que es el desarrollo de espíritu, libre y pensante».

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De acuerdo a su valoración es una desesperación que tiene el «régimen» de sentirse aislado internacionalmente «por lo mucho que lo quiera negar».

«Ellos saben que no han controlado el descontento de la población», dice Medina. «Ahora no tienen ningún escrúpulos de utilizar el sistema educativo como una plataforma de adoctrinamiento y fortalecimiento, lo que ellos consideran un pilar fundamental que es el control total del sistema educativo», agrega.

Revistas con los colores partido y murales con consignas partidarias. Foto: El 19 Digital

«Ahí se está utilizando recursos del Estado porque es el Estado el quien paga la intención de esos libros para hacerle propaganda a una pareja, a un partido político. Es, además, corrupción de desviación de los fondos; los fondos son para educar y no para adoctrinar», criticó Belli.

Futuros jóvenes potenciales fanáticos

Belli asegura que el efecto de causar futuros fanáticos puede suceder en muchos niños pero en otros tenga un efecto contrario. Sostiene que en muchos padres de los estudiantes puede causar enojo cuando vean los libros en los hogares.

De acuerdo a su opinión, cree que los niños saben y tienen la capacidad de pensar, pero «gran parte depende del hogar de dónde viene».

Para Medina los resultados finales de estos adoctrinamiento son jóvenes incapaces de pensar y «solo están esperando que alguien de arriba les dé órdenes».

Ernesto Medina, experto en temas de educación. Foto Nicaragua Investiga

«Son marioneta hasta llegar al extremos como la juventud hitleriana que fue la que se mantuvo prácticamente hasta el final del régimen, todavía muerto Hitler ellos seguían guardándole la promesa de fidelidad», ejemplificó Medina.

Agrega que esos son los frutos cuando a un niño es sometido a un proceso de adoctrinamiento permanente que se está viendo en Nicaragua. «Se tiene que ponerle fin», dice Medina.

Roban la esencia y el espíritu joven

«Esto que está ocurriendo en las escuelas realmente es matar el espíritu de los jóvenes, la esencia de ser joven que es cuestionar, protestar, que es reclamar y la curiosidad», sostiene Ernesto Medina.

Asegura que en ninguna escuela en Nicaragua no existe el libre pensamiento y está «prohibido cuestionar y hacer preguntas».

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Medina dice que un país como Nicaragua necesita gente creativa para levantar la economía con un modelo nuevo. «Eso solo se puede hacer con gente que piense, que cuestione, y esto lo está matando este gobierno», aseguró el experto en temas de educación.

«Ojalá que se alcen muchas voces de protestas contra esta manipulación de la infancia y de lo que son establecimientos estatales al servicio de la nación que no pueden ponerse al servicio de un partido político», finalizó Belli