Nicaragua ocupa el primer lugar en situación de pobreza extrema de América Latina según un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) en conjunto con la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Pronostican caída del 8.2% para la economía nicaragüense por el COVID19
El reporte «salud y economía: una convergencia necesaria para enfrentar el COVID-19 y retomar la senda hacia el desarrollo sostenible en América Latina y el Caribe», fue publicado este jueves y muestra las proyecciones de la población en situación de pobreza y pobreza extrema para este 2020.
De los 17 países latinoamericanos, Nicaragua ocupa el primer lugar en términos de pobreza extrema para este 2020.
La Cepal estima un 8.6% de pobreza extrema para el país, lo que lo coloca por encima de Guatemala, el cuál ocupaba el primer lugar hasta el año pasado.
En términos de pobreza en general, se calculo un 52.7%, es decir un incremento del 5.6% en comparación a las cifras de 2019.
Las estimaciones de este año para el país son críticas, en el cual se calcula que más de la mitad de su población permanece en situación de pobreza, y que sus niveles de pobreza extrema continúan en aumento.
Álvaro López-Espinoza, coordinador del área de análisis cuantitativo de la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides), considera que la rápida aceleración del país hacia estos datos negativos se debe a que el número de personas en pobreza, que era elevado, ya se encontraba cerca de la línea de la pobreza extrema, y el deterioro económico permitió esta rápida posición.
El especialista de Funides destaca que este aumento en los niveles de pobreza compromete el bienestar de las familias nicaragüenses, «genera deterioro en la nutrición de los niños, los niños dejan de ir a clases y se insertan a actividades de trabajo infantil».
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Y destaca que todos estos factores no solo comprometen su bienestar presente «sino también su futuro, van a tener menos habilidades para insertarse en un mercado laboral cada vez más competitivo».
De acuerdo a las estimaciones planteadas por la Cepal y OPS, Nicaragua estaría regresando a niveles de pobreza como los presentados en la década de los noventa.
Además, la crisis económica nicaragüense se ve marcada por la incertidumbre.
No solo debido a la crisis sanitaria del COVID-19, que al estar afectando la economía a nivel mundial, el hecho de que se vean comprometidos los principales socios comerciales del país como son Estados Unidos y el resto de países centroamericanos, podría limitar que el ritmo de recuperación en Nicaragua tenga una aceleración en el corto plazo.
Sino también debido a la crisis sociopolítica interna, ya que la mayoría de agentes económicos continúan a la espera de lo que sucederá en las elecciones presidenciales de 2021 antes de tomar decisiones importantes de inversión en el país.
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