Lo que se esperaba se dio. Rosario Murillo, vicepresidente de Nicaragua atacó a Estados Unidos, un día después que seguidores del magnate neoyorkino Donald Trump, asaltaran el Congreso, en Washington, mientras se ratificaba la victoria electoral del presidente electo Joe Biden.
Murillo, sancionada por la administración de Trump, por su participación en las protestas de 2018 en donde se masacró a los manifestantes críticos a Daniel Ortega, aseguró que la toma del Congreso el miércoles son «consecuencias terribles de la arrogancia, vanidad, propias del racismo y el supremacismo de los Estados Unidos».
El Congreso ratifica la victoria de Biden a pesar de los intentos fracasados de Trump por detenerlo
Además catalogó el asalto al Congreso como «una exhibición brutal y mortal» orientada , según ella por «el Poder Ejecutivo». » Nos quedamos viendo y reflexionando a dónde está la violencia, a dónde han estado las políticas que promueven violencia, agresión. Vimos y pensamos y reflexionamos y nos sentimos en solidaridad activa con el pueblo de los EEUU, que estaba viendo y viviendo el derrumbe del mito de la perfección», dijo Murillo, en clara alusión al sistema democrático de Washington.
Añadió que Washington «se ufana en pregonar la democracia y los vimos promovidos, exaltados, y lo vimos impulsados por la presidencia de los Estados Unidos, eso es lo más increíble. La violencia que es la expresión del odio».
Tanto Murillo como su esposo, Ortega, han mantenido una postura de confrontación con el gobierno de Estados Unidos, tras las sanciones impuestas contra al menos 25 de sus funcionarios. En su gran mayoría acusados de corrupción y violación a los derechos humanos.
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