En una de sus últimas decisiones en el cargo, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, otorgó el martes un amparo de deportación por 18 meses a los venezolanos que se encuentren en territorio estadounidense por la crisis en su país.
«He determinado que es de interés de la política exterior de Estados Unidos diferir la expulsión de cualquier nacional de Venezuela o extranjero sin nacionalidad que por última vez haya residido habitualmente en Venezuela», dijo Trump en un memorando que concede «durante 18 meses» la Salida Forzosa Diferida (DED en inglés), condicionada «para ciertos venezolanos».
El texto dice que serán elegibles al DED quienes hayan estado en Estados Unidos de forma continua hasta el 20 de enero de 2021, no hayan sido condenados por algún delito o anteriormente expulsados del país, ni representen un riesgo para la seguridad pública, entre otras condiciones.
Trump también ordenó autorizar el empleo en el país de los venezolanos mientras dure el aplazamiento.
La medida había sido impulsada por aliados republicanos del presidente en Florida, donde muchos venezolanos se han asentado después de huir del colapso económico y la crisis política en su país, gobernado durante más de dos décadas por un régimen socialista.
La orden podría beneficiar a hasta 200.000 venezolanos que viven bajo amenaza de detención y deportación, según estimaciones de la Oficina de Presupuesto del Congreso en 2019.
«La administración Trump ha dado un paso importante y muy necesario», dijo el senador de Florida Marco Rubio, uno de los arquitectos de la política de máxima presión a Caracas por parte del gobierno saliente.
El congresista Mario Diaz-Balart, que representa un distrito de Florida, también aplaudió la iniciativa.
La medida luce como un regalo de último minuto al electorado de origen venezolano en Florida, donde la retórica antisocialista de Trump caló hondo y le ayudó a ganar ese crucial estado en los comicios de noviembre.
Biden prometió el TPS
La decisión de Trump se conoció 16 horas antes de que el demócrata Joe Biden sea investido el miércoles como 46º presidente de Estados Unidos, en el marco de una tensa transición de mando luego de que el republicano no reconociera durante meses su derrota.
Durante la campaña electoral, Biden se comprometió a conceder el llamado Estatus de Protección Temporal (TPS en inglés) a los venezolanos afectados por «la crisis humanitaria provocada por el régimen de Maduro».
Este beneficio fue creado en los años 1990 para permitir residir legalmente a extranjeros que por desastres naturales o inestabilidad política no pudieran regresar de forma segura a su país.
Un proyecto de ley para otorgar el TPS a los venezolanos fue aprobado en 2019 en la Cámara de Representantes de mayoría demócrata, pero no avanzó en el Senado controlado por los republicanos.
Rubio y Díaz-Balart habían impulsado el TPS en el Congreso.
El gobierno de Trump, que buscó poner fin al programa del TPS, era reacio a otorgar este estatuo a los venezolanos en Estados Unidos, temiendo que se volviera un camino a la ciudadanía para muchos indocumentados.
A diferencia del DED, concedido directamente por el presidente, el TPS es otorgado por el secretario de Seguridad Interior y requiere consultas con el secretario de Estado.
Venezuela, otrora una potencia petrolera, vive una debacle económica agudizada desde la llegada al poder de Maduro en 2013, una situación que ha provocado la salida del país de más de 5,4 millones de personas, según la ONU.
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