La administración de Daniel Ortega desde su regreso al poder, con el apoyo financiero de la cooperación de Hugo Chavez, logró la capitalización política y mediática. Con la colaboración de su esposa Rosaio Murillo, se orientó a una renovada figura partidaria, alejandose de los colores rojo y negro, por un rosado chillante en sus campañas y que luego lo adoptaría en su Gobierno.
Ese cambio de imagen, reconquistando a los votantes ante el oscuro pasado del partido Frente sandinista de liberación nacional (FSLN). Como toda estrategia, Ortega no podía desvincularse de sus cuadros históricos, por ende de manera paulatina inició la regresión y deformación, no solo desde la imagen política sino a nivel democrático.
¿Cuáles serían los efectos de la suspensión de Nicaragua en la OEA?
Reconoció que las armas, no eran suficientes para el mantenimiento en el poder. El acomodamiento paulatino de las leyes y la constitución, le permitió realizar las diferentes jugadas a nivel interno junto a la cooperación internacional, desde lo político-ideológico.
El pacto del bipartidismo, fue la antesala para el descabezamiento político de nuevos opositores y la lealtad, de la segunda fuerza en su momento. El control del ecosistema político, inició desde la institución electoral, judicial, municipal, legislativa hasta el control social relativo, manejado por células partidarias en los barrios.
En abril de 2018, tuvo una avanzada rápida y violenta, que fue categorizada por organismos internacionales como crímenes de lesa humanidad, cuyas acciones y omisiones siguen en la impunidad, ha significado el acuartelamiento de la familia dictatorial y la adopción de una política represiva escalonada.
Ante la falta de funcionamiento de los mecanismos jurídicos, sociales y políticos en Nicaragua, el rol de la comunidad internacional, se ha encaminado a un mayor accionar, para la búsqueda de un proceso de negociación, que influya en el restablecimiento de la democracia.
¿Cuál ha sido el modus operandi a nivel internacional?
A diferencia del accionar diplomático de siglos anteriores, una práctica recurrente ha sido la diplomacia de apaciguamiento, en ocasiones anteriores se brindaba soporte a las acciones internacionales mediante las doctrinas, en la actualidad hay una cierta burocracia y vacíos en los procedimientos internacionales tanto en Naciones Unidas como en la OEA.
Esto logra caracterizar, a la diplomacia del siglo XXI en posturas relativamente permisivas sobre delitos de carácter internacional, que responden muy bien a la interdependencia económico-financiera, intereses geopolíticos y geoeconómicos, la pérdida de influencia en la política internacional de las potencias, y la disuasión de lo que implica la utilización de armas químicas de gran escala.
¿Hay un cambio en la diplomacia en las últimas semanas?
Ciertamente, el secuestro y desaparición de precandidatos a la presidencia de Nicaragua y recriminalización de periodistas independientes, aunado con un sistema de genocidio jurídico incluyendo lo electoral, ha contribuido a levantar las señales de alarma internacional.
Hace días se conoció, el interés de Argentina de elaborar una jugada diplomática, que ha resultado en consenso con Estados Unidos; hasta el momento su propósito se limita en la liberación de los precandidatos.
Estamos ante la estrategia política de Gambitos (mecanismo en el ajedrez) donde se ofrece en muchas ocasiones, concesiones mayores a cambio de la recuperación mínima de ventaja, en última instancia la posibilidad de igualar fuerzas. El mismo mecanismo del Gambito, cuenta con varias salidas, unas más ventajosas que otras, por el caudal de escenarios que les permite activar.
¿Ortega podrá ceder ante la diplomacia multilateral impulsada por Argentina?
Desconocemos el tipo de cuotas y concesiones que están en juego en Nicaragua. Sí podemos afirmar, que Ortega ha creado y sigue creando mucha sedimentación política para las negociaciones internacionales, la decapitación política de los altos liderazgos y ahora el destartalamiento de los liderazgos medios para la desmovilización, desinformación, invisibilización y descapitalización política de la oposición.
Son varias capas que se deben descongestionar, el propósito de Ortega estaría dirigido a no descongestionar las capas más importantes, como el sistema jurídico. Una de las capas importantes es la configuración jurídica, mientras no se reformen las inconsistencias actuales, el desapego al derecho, se mantenga la alta discrecionalidad, no se pueden anular los actuales y futuras estrategias para socavar a la oposición desde lo jurídico.
En caso de llegar acuerdos políticos, estos no tendrán soporte, mientras no se adecue nuestra legislación y los jueces se alejen de la tergiversación del derecho.
*El autor es nicaragüense
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