El líder autoconvocado y periodista Edwin Carcache ofreció declaraciones a Nicaragua Investiga en las que relató la experiencia que vivió tras su captura, revelando que los oficiales de Ortega le presionaban para responsabilizar a Monseñor Silvio Báez de las protestas.
«En El Chipote, estuve ocho días, durante esos ocho días me sacaron 26 ocasiones a hacer entrevistas de tres horas y media, cuatro horas y media, entrevistas de dos horas y en el camino me golpeaban, me iban torturando en todo momento, me exigían que hablara, que acusara a los obispos, que dijera que Monseñor Silvio Báez por ejemplo, me pagaba a mi por andar en la calle».
Esa presión que fue acompañada de golpes y jornadas prolongadas de interrogatorio sin alimentos ni agua, fue la razón de su aturdimiento en aquella audiencia inicial en la que al verlo muchos especularon que había sido drogado.
«Yo digo capitán, capitán, porque quería hablar con mi abogado (…) porque ni siquiera me había visto mi familia en ocho días, pero el cansancio, la falta de alimentación, los constantes golpes me tenían grave, pero lo que yo quería decir en ese momento es, Capitán, capitán, que viniera pues».
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En otra de las audiencias Edwin envío un mensaje a través del lenguaje de señas, siendo esto muy festejado desde afuera por sus compañeros de la Alianza Universitaria y otros sectores sociales, sin embargo ese vídeo asegura «le costó caro», relata que al día siguiente llegaron a su celda a tirarle todo y quitarle cuanto pudieron, incluso la colchoneta en la que dormía «desde entonces aprendí a dormir en el puro suelo», dice el excarcelado que todo el tiempo estuvo recluido en una celda de máxima seguridad en la temible galería 300.
«Estábamos con grilletes de manos y pies todo el tiempo», relata Carcache que también dice que estaban completamente aislados y los presos comunes no tenían autorización de conversar con ellos «sino los castigaban».
Iniciaron protestas en el penal
Carcache contó que cuando se enteraron que el Gobierno reiniciaría el diálogo debían hacerse notar para no ser olvidados. Así que decidieron protestar a como sea desde en penal. «Nosotros empezamos a gritar y los de la galería 16 se salieron al techo, nosotros no podíamos salir de ahí, creo que ni el Chapo Guzmán pudo haber escapado de esas celdas», cuenta medio sonriente.
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Las acciones funcionaron. La presión nacional e internacional por la liberación de los presos políticos doblegó al Gobierno.
Cuando les avisaron este martes que serían liberados, el Director de la Sección de Máxima Seguridad Roberto Guevara le prohibió gritar y él le dijo: «Si estoy libre no me podés estar diciendo nada» y empezó a gritar «Nicaragua libre» junto con los otros presos que salían, emocionados de poder volver a ver a sus familias.
carmelitequotes
junio 12, 2019 at 5:05 pm
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