Carlos Laínez Romero murió ayer a los 54 años de edad. Su historia se enlaza con la tragedia de la Nicaragua de los 80. Fue arrebatado de su familia para ser integrado al Servicio Militar Obligatorio cuando apenas tenía 16 años. Su misión era defender la causa de un partido que hacía todo por permanecer en el poder, el Frente Sandinista.
Fue llevado a las montañas del norte a integrar las filas del Batallón Ramón Raudales. Al poco tiempo el camión en el que se trasladaba junto a varios compañeros más, fue catapultado por una mina. Muchos murieron, él logró sobrevivir pero perdió una pierna y la audición de su oído izquierdo.
Recibía una pensión de 4,200 córdobas mensuales que nunca fueron suficientes para cubrir todas sus necesidades básicas ni los constantes cuidados que necesitó luego de quedar lisiado.
Nunca recibió atención psicológica, a pesar de haber vivido los momentos más terribles que un adolescente pueda vivir; ser arrancado de la seguridad de su hogar para llegar a una guerra, cuyas razones ni siquiera entendía.
La periodista Jennifer Ortiz hizo hace seis años un reportaje audiovisual para VOSTV llamado «Lisiados de guerra, el saldo de la paz», en el que logró entrevistar a Carlos Laínez.
«Nos montaron en un camión, cuando yo llegué al hospital me quitaron toda mi ropa y me metieron de emergencia y yo convulsioné porque me dijeron que mi corazón no llevaba demasiada sangre ya para vivir», contó en aquella entrevista el excombatiente.
Carlos ajustaba para su subsistencia lavando vehículos en el parqueadero de la UCA. Deja dos hijos en la orfandad.
Le negaron atención en en INSS
Personas cercanas a él que prefirieron mantener el anonimato para evitar represalias, contaron que en la última semana Carlos se había sentido mal de los riñones y se fue al Seguro Social para pedir asistencia médica, pero lo remitieron al hospital público Manolo Morales alegando que no aplicaba a la cobertura.
«En el INSS no lo quisieron atender, le dijeron que no cubría y lo mandaron al MINSA, él solo se sentía mal de los riñones, le pusieron una sonda y ahí le entró infección y murió de un choque séptico», nos relata la persona que hizo la denuncia.
«Pienso que fue negligencia del hospital, el sistema de salud es ineficiente por falta de fondos del gobierno, todo lo tiene que costear el paciente, gasas, pampers, todo», nos dice con conmoción.
Esta persona también se muestra molesta porque dice que Laínez merecía mejor atención por lo que entregó al país y más aún al propio Frente Sandinista, ahora en el poder.
Y también agrega «El gobierno sandinista se olvidó d él y de mucho lisiados, en otro país él sería un héroe que dio su vida por su patria y sus hermanos».
Fue la misma familia la que tuvo que cubrir los gastos médicos y funerarios. Fue enterrado humildemente, en el Cementerio Milagro de Dios.
Es irónico, Carlos Laínez murió el 19 de julio, mientras Daniel Ortega celebraba junto a miles de simpatizantes 40 años de haber ascendido al poder gracias al sacrificio de miles de estos que fueron llamados «Cachorros de Sandino» y que hoy viven en el más absoluto anonimato, pobreza y desvaríos mentales causados por los horrores a los que fueron, en gran parte, obligados a vivir.
El excombatiente jamás tuvo su propia casa, ni ningún otro beneficio por haber sido parte del Servicio Militar. Los cercanos a él se encuentran preocupados por la mamá que deja completamente desconsolada, una anciana de 83 años que no se sabe si será beneficiada con la pensión que antes recibía su hijo.
Le compartimos el reportaje que mencionamos en esta nota. En él es posible escuchar otros testimonios de lisiados de guerra en igual situación de abandono.
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Denis Castillo
julio 21, 2019 at 9:43 pm
Es una gran lastima una gran perdida por todo lo sucedido a éste cachorro y hoy te ven como nada que creen que con esas pensiones de miseria que nos dan tenemos todo para subsistir pero la realidad sólo la vivimos y la sienten nuestros familiares hoy somos pasados de50 años y las enfermedades que cargamos hoy en día son nuestras mochilas con un peso que tenemos que soportar o pedir ayuda a nuestras familias a que nos ayuden con esa mochila necesitamos atención médica ortesis prótesis bastones sillas de ruedas pero a quién debemos recurrir….. Estamos solos y abandonados ayuuuuuda estos cachorros rrecuerdo que nos decían L Fuerza Moral de la Revolución pero ahora donde están donde están mis amigos donde están que no los VEO. Honor Honrra y Gloria a nuestros cachorros caídos y lisiados de guerra. S O S Ahora que estamos Vivos ya Muertos para que
Jose victor mora flores
julio 22, 2019 at 7:52 am
Asi es la vida, desgrsciadamente, unos fuimos a la fuerza a la guerra, porque habia una ley que te obligaba, pero es uno quien debe luchar, por tener una vida mejor, nadie va a llegsr a tu casa a darte lo que necesitas, todo en la vida es lucha
Sonia
julio 22, 2019 at 1:36 pm
Que terrible. Toda una generación perdida, para que una sola familia se haga dueña de todo el país y se siga enriqueciendo a costa del pueblo
Guardabarranco
julio 23, 2019 at 10:02 am
Yo estuve en en el SMP, es triste ver que un tirano esta en el poder a cuesta de tanta sangre de jóvenes que dieron sus vidas por una ilusión falsa. Ahora este dictador esta en el poder y se olvida quien lo subió allí, es triste ver tanto «compas»..lisiados y sin una atención medica de calidad. El gobierno de tirano, quiere dar esa responsabilidad al raquítico INSS, Pero debería de ser el millonario ejercito que debería de asumir la atención a nuestros compas.
Ingrid
julio 31, 2019 at 6:08 pm
Pienso que el ejercito con su fondo de pensiones debería ayudar a estas personas.