El próximo 17 de mayo se presentará ante el Congreso colombiano el proyecto de ley «Inconvertibles» que busca poner fin a las «terapias de conversión», una serie de procesos supuestamente terapéuticos que pretenden cambiar la orientación e identidad sexual de lesbianas, gays, bisexuales y personas transgénero.
Los promotores aseguran que estos procesos torturan y discriminan a «la diversidad». «Nuestras identidades y orientaciones son INCONVERTIBLES» expresó en su cuenta de Twitter el congresista Mauricio Toro del Partido Verda, junto a la al eslogan «No es Terapia, es tortura» y la etiqueta #NoHayNadaQueCurar.
Radicaremos nuestro proyecto de ley para prohibir las "Terapias de conversión", porque nuestras identidades y orientaciones son INCONVERTIBLES.
No más tortura y discriminación a la diversidad. No es Terapia, es violencia. #NoHayNadaQueCurar 🏳️🌈🏳️⚧️
🗓️ 10 de Mayo
🕙10:00 am pic.twitter.com/zSeksmdwZE— Mauricio Toro (@MauroToroO) May 9, 2022
De acuerdo con Toro, quien presentará el proyecto ante el Congreso, «una de cada cinco personas LGBTIQ+ y una de cada tres personas trans pueden llegar a ser sometidas a golpes, a desnudarse, a tener alimentación forzada, a violaciones, inmovilización durante días y a estar encadenadas» en estos procesos.
Comunidad LGBT+ sin protección ante acciones de discriminación
La propuesta de Toro es acuerpada por organizaciones y colectivos LGBTQIIA+ de toda Colombia y Toro asegura que este surge como respuesta a una petición de más cuarenta mil personas que «le dicen NO a las mal llamadas ‘terapias de conversión’.
Toro también tiene el apoyo de All Out, un movimiento global por los derechos de las personas LGBT. All Out recibe apoyo de, entre otros, la Baring Foundation de Reino Unido. En 2020, la Baring Foundation otorgó 50 mil libras esterlinas a All Out para «promover actividades que alienten el empoderamiento de las mujeres africanas queer«.
Las terapias de conversión ya han sido prohibidas en varios Estados, como en Brasil (1999), Taiwán (2018), Argentina (2010) y Uruguay (2017). Los mecanismos de las Naciones Unidas de lucha contra la tortura han concluido que esas terapias pueden equivaler a tortura u otros tratos crueles, inhumanos o degradantes.
Mientras, algunos pensadores y analistas ven esta clase de esfuerzos como asuntos meramente político. El escritor londinense, Scott Howard, sostiene en su libro The Transgender Industrial Complex que «la histeria por las terapias de conversión sirve un propósito de desarme retórico».
«Una táctica principal de los trans «activistas» es obsesionarse con las terapias de conversión, las cuales tienen, como mucho, una credibilidad marginal para la persona promedio, si es que han oído al respecto siquiera» escribe Howard, lamentando que «aún así, el asunto se convirtió en una narrativa mayor en los medios coordinados con estas organizaciones y ‘activistas'».
«Si acaso, hacer que alguien ‘transicione’ para ‘curarlo’ se asemeja más a una terapia de conversión—una muy lucrativa terapia de conversión—que cualquier otra cosa», asegura Howard, refiriéndose a los tratamientos que afirman el género elegido de las personas trans.
Este proyecto será el último del congresista Toro, puesto que en las últimas elecciones al Congreso, realizadas en marzo, no logró la reelección.
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