El miércoles 9 de agosto el Banco Central de Nicaragua (BCN) anunció que la tasa de deslizamiento anual del córdoba respecto al dólar será de 0 % a partir de 2024, es decir, se quedará congelado en 36.6243 córdobas por cada dólar, que es el último cambio dispuesto para el 31 de diciembre de este 2023.
La medida no es tan nueva como se pensaba, ya anteriormente lo habían previsto algunos economistas, incluso Marco Aurelio Peña explicó a Nicaragua Investiga a inicios de este año, que se podría estar sentando las bases para la transición a un “régimen cambiario de flotación sucia o administrada”, como opera en economías latinoamericanas como la de Costa Rica y Perú.
A partir de enero de 2024, Nicaragua le dice adiós al régimen cambiario de minidevaluaciones preanunciadas o “crawling peg”, que data de 1993 y que según explica el economista Marco Aurelio Peña, “se diseñó para detener las megadevaluaciones del córdoba y la espiral hiperinflacionaria herencia de los años ochenta”.
Se invierten los papeles entre exportadores e importadores
En su momento se adoptó el régimen cambiario de “crawling peg” para apoyar al sector exportador, estos al vender sus productos en el exterior se beneficiaban del cambio de moneda (de dólar a córdobas), que les permitía un margen de ganancia. Una situación contraria ocurría con los importadores que cada día debían pagar más por las importaciones que se transaban en dólares, mientras sus reservas estaban en córdobas.
Con el congelamiento de la tasa de deslizamiento la situación es inversa, aquí los afectados van ser los exportadores y los beneficiados serán los importadores, según explica el economista Juan Sebastián Chamorro.
“Cuando hay un tipo de deslizamiento fijo y hay inflación esto por lo general beneficia a los importadores porque hace que la moneda local, en este caso el córdoba, esté más fuerte, no se devalúa… Esto beneficia a los importadores y perjudica a los exportadores, precisamente el objetivo de tener una política de deslizamiento era para ayudar al sector exportador que ahora ha ido perdiendo ese beneficio cambiario a lo largo de los últimos 20 años de disminución de la tasa de deslizamiento”, explica Chamorro.
Marco Aurelio Peña agrega que el tipo de deslizamiento actual y que quedará en obsolescencia en Nicaragua a partir del próximo año, funcionó “como ancla nominal de precios y le dio certeza a los agentes económicos” y durante muchos años sufrió cambios hasta llegar a cero a finales de 2023.
“De 1993 a 1999 la tasa de deslizamiento monetario se movió de 5 % a 12 %, luego de 9 % a 6 %. En 2004 se fijó en 5%. En 2019 la tasa se redujo a 3 %, en 2020 a 2 %, a 1 % y 0 % en 2023”, expone Peña.
Régimen se viene preparando desde hace tiempo
El Banco Central señaló que “la medida se adopta en un marco de políticas macroeconómicas e indicadores macro financieros adecuados y porque la evolución económica reciente presenta los siguientes resultados: (i) actividad económica creciendo, (ii) finanzas públicas consolidadas, (iii) balanza de pagos financiada, (iv) sistema financiero estable, (v) reservas internacionales creciendo y (v) estabilidad monetaria y cambiaria”.
Al respecto, hay que decir que desde hace varios meses el régimen de Ortega se ha preocupado por mantener buenos números en las reservas internacionales. Hasta junio de este 2023 alcanzaban casi los 5,000 millones de dólares, es decir, venían preparando el movimiento desde mucho tiempo atrás, y precisamente los cambios paulatinos en el deslizamiento del córdoba respecto al dólar del 5 al 3 % hasta llegar al 0 %, fue la muestra principal.
“Una de las razones por las cuales Ortega puede hacer esto es porque lo respalda con las reservas internacionales y estas a su vez se alimentan de los depósitos en moneda extranjera, las recaudaciones producto de las exportaciones y a las remesas, y como estas están en cifras récord hay bastante afluencia de dólares en la economía, de tal manera que no hay un peligro en este momento y reitero, en este momento, porque puede ocurrir en el futuro que el Estado de Nicaragua no pueda responder a este tipo de cambio fijo en el futuro”, señala Juan Sebastián Chamorro.
Los otros afectados
Otro de los grupos poblacionales afectados son los que reciben remesas. Estos notarán que su poder adquisitivo ha mermado y tendrán que pedir a sus familiares que le envíen más dinero para cubrir sus necesidades básicas, precisamente porque durante años se han beneficiado de los centavos de córdoba que día a día aumenta por el tipo cambio.
Igual situación será con todos aquellos nicaragüenses que ganen en dólares y hasta los que devengan salarios en córdobas con mantenimiento de valor; así mismo pasará con los ahorrantes y hasta los jubilados y pensionados.
Es decir, los primeros ya no recibirán el aumento de centavos mensual al cambiar sus dólares a córdobas, a los segundos ya no se les aplicará la cláusula de mantenimiento de valor y por tanto, devengarán el mismo salario durante todo un año si este no se ajusta; y en el caso de los ahorrantes que tengan cuentas en córdobas, tampoco verán esos centavos más en sus ingresos depositados en la banca nacional.
El caso de los jubilados y pensionados es otra situación compleja, ya han sido afectados con las reformas al Seguro Social, pero desde que el régimen implementó la reducción de la tasa de deslizamiento, estos también han visto como merma el tipo de retroactivo que reciben antes de finalizar el año en concepto de mantenimiento de valor. Desde el 2024 ya no recibirán nada por ello.
El Estado es el más beneficiado
“Básicamente esto va a ser una enorme ganancia para el Estado de Nicaragua en plata que ya no va a tener que pagar, en sus bonos, por ejemplo; las tasas de interés y todos los retornos de los instrumentos financieros que tenían mantenimiento de valor, las pensiones, el ajuste de los salarios, etc. ya no van amarrados al dólar”, explica Chamorro.
El economista señala que el régimen de Ortega está realizando esta transición por dos motivos principales:
- Primero, el tipo de deslizamiento siempre significa que es un empuje hacia la inflación, entonces el interés del Banco Central fue de reducir la tasa de deslizamiento para reducir la inflación.
- El segundo objetivo y probablemente el más importante desde el punto de vista de finanzas públicas, es que el Estado de Nicaragua, como el resto de toda la economía del país, rige sus transacciones en base al deslizamiento de la moneda. Este está en todos los contratos públicos y privados (mantenimiento de valor). Desde el punto de vista del Estado, también tenía que pagar con mantenimiento de valor y básicamente ahora al bajar la tasa de deslizamiento a cero ya no tiene que darle mantenimiento de valor con relación al dólar.
Otros de los beneficiados van a ser todos aquellos que tengan deudas, pues en caso de que sean en dólares quedará sujeto a una tasa fija mensual a pagar, no aumentará los centavos que antes, y si la deuda fuera en córdobas con mantenimiento de valor, tampoco tendrá que pagar el excedente sujeto a dicha cláusula, debido a que desde 2024 todo queda congelado.
Peligro para el Banco Central si pasa esto
El congelamiento de la tasa de deslizamiento no es tan color de rosa como parece ser, debido a que pone en aprietos al Banco Central si por alguna razón la afluencia de dólares mermara.
“El tipo de cambio fijo al que nos estamos moviendo, si bien trae cierta estabilidad en el sentido de que es una regla clara porque se sabe que el dólar va a valer tanto, tienen el problema de ser una cifra arbitraria y los bancos centrales se ven obligados a mantener y sostener ese tipo de cambio hasta donde puedan y si no lo sostienen van a tener que devaluar, no en este momento, pero eso no no significa que en un futuro pueda haber cambios y pueda llevar a esa opción”, explica Chamorro.
Uno de estos escenarios ocurrió en tiempos de Somoza, cuando la economía de Nicaragua estaba resistiendo los embates de la guerra y la disminución de las reservas en el último año, en ese entonces se tuvo que devaluar del 7 % a un 10 %.
¿Viena transición a un nuevo régimen cambiario?
Tanto Marco Aurelio Peña como Juan Sebastián Chamorro apuntan a que el régimen de Daniel Ortega se podría estar preparando para el cambio a un régimen de “flotación sucia”.
“El tipo de deslizamiento fijo ya casi no se utiliza de dejar a una tasa fija a conversión de la moneda, en realidad los regímenes de tipos de cambio se están moviendo al tipo de cambio flexible como el restos de países de Centroamérica donde la divisa se cotiza y fluctúa hacia arriba o hacia abajo dependiendo de las entradas o salidas de divisas que hay en la economía”, explica Chamorro.
➡️ El @BancoCentralNI anunció que a partir del 1 de enero de 2024, la tasa de deslizamiento del tipo de cambio del córdoba con respecto al dólar de EE.UU será de 0% anual. Al parecer, se acerca el fin del régimen cambiario de minidevaluaciones preanunciadas o "crawling peg". ⬇️ pic.twitter.com/2HAyj0bmER
— Marco Aurelio Peña 🇳🇮 (@MarcoAureli2012) August 10, 2023
En tanto, Marco Aurelio Peña señala que “estamos ‘ad portas’ (en la puerta) de transitar a un régimen cambiario de flotación sucia o administrada, como opera en Costa Rica y Perú”.
“El tipo de cambio sería definido por la interacción de oferta y demanda en el mercado de divisas, con intervención esporádica del banco central para mantener cierto equilibrio. El riesgo sería que el C$ se depreciara (perdiera valor) aún más en condiciones de mercado”, añade Peña.
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