En medio de un clima político marcado por la reciente aprobación de reformas constitucionales que consolidan el poder del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, el presidente del Banco Central de Nicaragua (BCN), Ovidio Reyes, brindó unas declaraciones optimistas sobre el comportamiento de la economía nacional al cierre de 2024 y las proyecciones para 2025.
Según Reyes, Nicaragua cerrará el año con un crecimiento económico del 4%, acompañado de una inflación controlada que oscila entre el 3.5% y el 4%.
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El funcionario mencionó la confianza en la inversión privada, el crecimiento de la inversión extranjera directa y un sector de comercio exterior dinámico como los pilares del desempeño económico.
«Hay un impulso económico que viene determinado pues por la actividad económica privada. ¿Hay mayor confianza en las inversiones? Eso está claro. Se ve en las estadísticas la mayor inversión extranjera directa, la del despunte de la inversión privada», indicó.
También afirmó que este crecimiento ha sido impulsado principalmente por un sistema financiero con alta liquidez y nuevos créditos que dinamizan el consumo, el cual creció un 8%; y la formación bruta de capital fijo, con un aumento del 15%.
El representante del BCN también destacó la coincidencia de estas proyecciones con organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI), que calificó las estadísticas locales como consistentes.
“Los organismos internacionales coinciden en que la economía tiene asegurada una tendencia de crecimiento. Ellos son un poco más conservadores, pues tienen un crecimiento estimado del tres y medio por ciento. Pero lo importante es que está en positivo y que la economía va hacia adelante”, destacó.
Régimen ignora recomendaciones del FMI
Lo que no mencionó el funcionario, es que a pesar de la alta puntuación que dio el FMI a la economía de Nicaragua, también realizó una serie de recomendaciones para que el régimen restaure el Estado de derecho que lo mantiene en la mira internacional por sus múltiples violaciones de derechos en contra de los nicaragüenses.
El ente financiero prevé que «sanciones internacionales más estrictas» pueden ser un factor que afecte considerablemente el crecimiento económico que ven el país.
«Los riesgos a la baja incluyen un menor crecimiento global, un deterioro de los términos de intercambio, desastres naturales, sanciones internacionales más estrictas y amplias y un cambio en las políticas de inmigración en Estados Unidos», advirtió el FMI en un informe, tras la visita de una comisión que llegó al país entre el 11 y 22 de noviembre de 2024.
Proyecciones para 2025
Para el próximo año, Reyes anticipa un crecimiento similar al actual, con una estimación del 4% en un escenario intermedio.
También destacó la estabilidad del empleo, con una tasa de desempleo por debajo del 3%, y la continuidad de políticas económicas coherentes que han permitido mantener el equilibrio macroeconómico.
«El sector empleo es la expresión de la política pública, porque el PIB es un indicador económico, pero el empleo es lo que la gente ve y lo que la gente realmente le hace generar ingresos es la inflación. Es una afectación también en la economía y por eso la política procura tenerla baja y estable», precisó Reyes.
No obstante, estas declaraciones se dan en un contexto donde el régimen de Ortega ha aumentado su control sobre las instituciones del país, incluyendo reformas que centralizan aún más el poder.
Esta situación genera inquietud sobre la sostenibilidad de las políticas económicas en un ambiente político cerrado, poco transparente y en aislamiento internacional por el contexto de represión que mantiene la dictadura en contra de la población.
Por su parte, Reyes continúo afirmando que con unas reservas internacionales que superan los $6,000 millones y una inflación en descenso, el panorama económico es favorable.
Sin embargo, el reto de mantener la estabilidad económica en medio del autoritarismo del régimen sigue siendo una incógnita clave para el futuro de Nicaragua.