Martha Villanueva se reunió con dos amigas lesbianas en 2004. Todas habían vivido la exclusión social y familiar por su orientación sexual y su identidad de género. Su proceso emocional para lograr aceptarse a sí mismas y después exigir aceptación de los demás fue duro y por eso estaban convencidas de que su experiencia podría ayudar a otras mujeres en similares circunstancias. Fue así como surgió SAFO.
La organización tiene presencia en Managua y Occidente. Sus áreas de trabajo incluye apoyo psicosocial y legal a madres lesbianas, salud sexual y reproductiva, así como orientación y prevención de infecciones de transmisión sexual.
Los testimonios que ha recogido SAFO a lo largo de 17 años de funcionamiento dan cuenta de un país donde la intolerancia sigue siendo un riesgo para las mujeres lesbianas y esto puede no sólo atentar contra su salud emocional y psicológica, sino contra su vida misma y sus oportunidades de desarrollo humano.
¿Ha tenido limitaciones como mujer lesbiana para desarrollarse personal y profesionalmente?
El hecho de ser lesbiana sí ha afectado, sobre todo en el campo familiar, porque mis padres al darse cuenta de mi orientación sexual -aunque desde niña ellos manejaban que era diferente a mis hermanas- pero cuando lo confirmaron sí les afectó mucho, sin embargo, con el tiempo logramos limar asperezas. Estudié psicología educativa y en el campo laboral es donde más experimenté situaciones de discriminación porque dado a mi experiencia logré también llegar a desempeñar diferentes cargos, en diferentes actividades del estado y siempre que iba a las actividades sociales siempre iba sola, y entonces ese era el cuestionamiento. Llega un momento en que eso se vuelve algo irritante, es como un péndulo en el que en cualquier momento te cortan la cabeza. Producto de eso dejé de trabajar bastante tiempo.
¿Y después de esa experiencia ha sido difícil volver a encontrar un trabajo donde no le discriminen por su orientación sexual?
Cada vez es más difícil encontrar trabajo, que presentás tu currículum y no miran tu experiencia, tu capacidad, tus habilidades, todo lo que vos tenés como un recurso humano preparado a lo largo del tiempo. Están pendientes de por qué no te has casado, por qué en tu currículum aparece la palabra “soltera”, y todo ese tipo de situaciones. En el campo laboral es donde más sentís la discriminación que se da. Porque antes de tener una orientación sexual sos un ser humano y tenés aspiraciones, y las aspiraciones es llegar a desempeñarte en un puesto en el que estás preparada para desempeñarte.
¿Cuáles fueron las razones que la llevaron a integrarse a SAFO?
Cuando ya me vieron con mi primera relación, comenzaron los problemas, el rechazo, la negación de aceptar que tenía como pareja a una mujer lesbiana. En el barrio donde vivimos comenzamos a tener discriminación, ¿cómo dos mujeres pueden vivir solas con ciertas condiciones?, y entonces llegó un momento en que nos llegaron a denunciar hasta por medios televisivos (…) llegaron a tomar fotos, videos, recogieron firmas, fuimos a la policía. Esa fue mi vivencia como mujer lesbiana. Después decidí dedicarme al activismo y comencé a trabajar el tema.
Se dice que el proceso de autoaceptación es más difícil cuando se le suma la discriminación social ¿cómo enfrentan las mujeres lesbianas ese proceso?
Autoaceptarse, esa es la parte más difícil, todavía hay mucha gente que está dentro del clóset porque evita que la gente te señale, pero cuando vos te aceptás y vivís tu orientación sexual libremente, como que te sentís más fortalecida y podés enfrentar las diferentes situaciones que se presentan cotidianamente. Entonces el hecho de ser lesbiana no es un proceso sencillo, no es de un día, de dos días o de tres días, no. Es un proceso que se va dando por etapas.
Hay mujeres que después de estar en un matrimonio de 25 años de repente conocen a una mujer, se sienten atraídas por una mujer y deciden llevar adelante esa relación después de haber tenido un matrimonio con hijos y todo lo demás. La sexualidad no la podemos encasillar, la sexualidad es cambiante. Así como hay mujeres bisexuales, así como hay mujeres transgénero, así como hay mujeres lesbianas, entonces dentro de la sexualidad hay un abanico de orientaciones de género, identidades de género, expresiones de género, porque nosotros nos podemos encontrar a una mujer que no necesariamente le gusta otra mujer, pero a ella le gusta por ejemplo, vestirse masculinamente y no necesariamente tiene que ser lesbiana, simple y sencillamente ella toma la expresión del género masculino y se viste como tal.
La discriminación siempre está, la podemos recibir en el colegio, en el bus, en la calle, en tu casa, con tu propia pareja, porque a veces se dan situaciones de que se convive en pareja, pero una de las parejas no ha terminado su proceso de autoaceptación lésbica, entonces la una le dice a la otra: “no si la lesbiana sos vos, yo no soy lesbiana”, eso se da porque el proceso de autoaceptación es diferente en cada persona.
¿Es verdad que las mujeres lesbianas son menos visibles que el resto de la comunidad LGBTI?
Somos menos visibles por diferentes razones, primero porque el proceso de nosotras es diferente, va pasito a pasito. No es tan fácil salir hacia afuera. Muchas veces la familia cuando se da cuenta que nosotras somos lesbianas, ¿qué es lo que nos toca vivir muchas veces?, muchas veces somos objeto de violación y nos hacen eso porque nos dicen que nos van a corregir, porque la única manera de que te hagás mujer es que tengás una relación con penetración y que sea un hombre el que te inicie para que te quite eso de ser lesbiana. Años atrás, ¿cuál era la situación que se daba? A las lesbianas las metían en una clínica, les aplicaban electroshocks y toda esa serie de situaciones para quitarle “la idea” de que dejara de ser lesbiana.
También la otra exigencia que nos hace la familia muchas veces es: “Mirá deberías tener un hijo, si tenés un hijo se te quita eso, porque vas a probar estar con un hombre y se te va a olvidar la cuestión de andar con mujeres”. Entonces muchas se ven forzadas a tener hijos, a casarse.
Nosotros hicimos un documental que dura como 12 minutos, pusimos prácticamente tres generaciones. Una persona ya de edad, una persona intermedia y una persona bien joven, y entonces en ese relato encontramos situaciones distintas. A Hellen tuvo la experiencia que su padre quiso violarla, porque le dijo “antes de que te toque alguien primero me vas a pertenecer a mi”, en cambio Olga cuando se lo dijo a su familia, la situación fue diferente, el papá le dejó de hablar un tiempo, pero después se sentaron, dialogaron y hoy está superado, comparten de que su pareja llegue a su casa.
El aislamiento es una de las cosas que nos aplica la familia. No te invitan un 24 de diciembre a pasarla en tu casa porque no te dejan llevar a la otra persona, hay un cumpleaños, casamiento o quinceaños de alguien y vos no podés asistir, y si asistís te aceptan sola, acompañada no. Esos son factores que alimentan a que vos entrés a una situación de soledad, de depresión, de angustia. Estamos totalmente aisladas. El aislamiento al que algunas religiones someten a las personas es una cuestión criminal, porque se creen dioses, ellos son los perfectos. Es como que llegaras y vas a contaminar al resto de personas.
¿Hay avances en el marco jurídico para fomentar más respeto y tolerancia social a la diversidad sexual?
Si, se ha avanzado, hay una resolución 671, pero nadie la conoce y esa es para salud, la no discriminación en el sector salud, y vos llegás a la clínica y siempre recibís la discriminación porque ni los médicos, ni las enfermeras conocen la bendita resolución y fue publicada en el 2014.
El marco jurídico existe, el marco jurídico ahí está, te puedo mencionar el 415 (artículo del Código Procesal Penal) que habla sobre discriminación, el 315, el 426, la Ley 820 que acaba de ser reformada sobre VIH y fue (despenalizado) producto de que los grupos activistas se lanzaron a las calles a demandar la derogación del artículo 204, que el 204 fue creado en los años 90 para penalizar las relaciones entre personas del mismo sexo. Hay un marco que está ahí, pero que, a la hora de la práctica, como todo, tiene sus complicaciones. Nosotros como comunidad hemos hecho nuestro esfuerzo para que siga caminando, pero somos unas voces muy pequeñas para el conglomerado de la sociedad nicaragüense.
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